Monseñor Luis José Rueda Aparicio, nuevo Arzobispo de Bogotá recibió de manos del Papa Francisco la imposición del Palio, distintivo de los arzobispo.La ceremonia se llevó a cabo cuando fue designado arzobispo de Popayán en el marco de la celebración de la Solemnidad de San Pedro y San Pablo la ciudad de Roma.
Hernán Alejandro Olano García
Vaticanista y Vicerrector de la
Universidad La Gran Colombia.
En el día de San Marcos, evangelista, uno de los primeros bautizados por San Pedro el día de Pentecostés, hemos recibido el Decreto Pontificio expedido por el papa Francisco, con el nombramiento como nuestro nuevo pastor arquidiocesano del Excelentísimo Monseñor Luis José Rueda Aparicio, santandereano de 58 años, quien ya ocupó la silla episcopal de Montelíbano, Córdoba y la sede metropolitana de Popayán, hasta la fecha, cuando el Pontífice podrá designar un Administrador Apostólico, o, nombrar un nuevo arzobispo para la cátedra patoja, sede que queda vacante, al igual que otras en las cuales hay titulares que ya superaron la edad reglamentaria de los 75 años, como Cartagena de Indias o el Obispado Castrense.
Desde la Universidad La Gran Colombia, fundada por mi abuelo, el doctor Julio César García, hace 70 años, en la cual sus pilares fundacionales son los de Universidad Cristiana, Hispánica, Bolivariana y Solidaria, va nuestro especial saludo de felicitación, dentro de nuestra fidelidad institucional a la Doctrina Católica de la Santa Madre Iglesia.
La posesión canónica del nuevo Arzobispo, el próximo 11 de junio, será, tal vez de forma virtual, un momento solemne para que como fieles, podemos acogerlo con cariño y plena disponibilidad.
Considero que los siguientes pueden ser parte del plan de consecutividad de acción de Monseñor Rueda:
- Continuar hacia una evangelización más misionera, más en salida, más en sintonía con lo que Dios y el Papa quiere y Bogotá necesita.
- Seguir sacando adelante la oficina del buen trato, es decir, al que combate la pederastia, ya que la Arquidiócesis de Bogotá fue pionera continental en sacar adelante ese tema.
- Seguir con el proyecto de la línea de la esperanza, de apoyo espiritual y psicológico a los fieles que durante la cuarentena han comenzado a utilizar esa herramienta.
- Continuar con el impulso de grandes obras sociales, como son el banco arquidiocesano de alimentos y la gestión educativa con la Unimonserrate, los colegios parroquiales, en centro de atención al migrante, etc.
La gestión pastoral de Su Eminencia, el cardenal Rubén en esta década, ha sido de transformación, pero ahora, con el ritmo del pontificado franciscano, la idea de una Iglesia que huela a oveja y que asuma, como se ha venido haciendo, el papel de lo social, tendrá en la juventud de Monseñor Rueda un aliciente de entrega y solidaridad con los que sufren, sin importar su estrato.
