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El ‘General Sandúa: «PERDIÓ» LA ÚLTIMA BATALLA

El ‘General Sandúa’ admirado por chicos y grandes, contó con admiradoras.

 

 

Javier Sánchez L.

«Perdió» la última batalla y por ende «perdió» la guerra, El General Sandúa, el «militar» más respetado de Bogotá después del general Gustavo Rojas Pinilla.

La «batalla» fue intensa varios días de dolores de cabeza, tos seca, fiebre, pérdida de los sentidos, gusto y el olfato, todo hasta que fue fulminado por el enemigo de la humanidad: El Coronavirus.

Aníbal Muñoz Valencia, El ‘General Sandúa, el habitante de calle más antiguo de Bogotá, nació en el departamento de Caldas y se crió en Medellín, a sus 38 años llegó a la capital de la República, desde donde libró todas sus «batallas».

El paisa más querido en Bogotá fue El General Sandúa, cuando llegó a la fría ciudad, trabajó como mesero en el restaurante «El Paraíso», en la localidad de Fontibón, luego como distribuidor de una empresa de chorizos y finalmente laboró como vigilante donde consideraron que tenía una avanzada edad para cumplir esas funciones, concluyendo así su vida laboral, sin pensión y sin un peso en el bolsillo. Nada diferente a la mayoría de los adultos mayores en Colombia.

Solo, sin trabajo, sin dinero y con hambre, El General Sandúa, la única opción que le quedaba era vivir de la caridad de los habitantes de Bogotá. Muchos estudiantes le entregaban alimentos y uno que otro parte de sus escasos recursos monetarios, para que se pudiera comprar un pan y una gaseosa.

El General Sandua pasó a la historia de Bogotá como el personaje más querido en el centro histórico por los estudiantes de las mejores universidades y los más humildes escolares, además de obreros, comerciantes y hasta politiqueros que se burlaban de quien reclamaba todo el tiempo justicia social y la libertad que la llevaba impresa en el uniforme de gala.

La fama le llegó al El General Sandúa, por su amistad con los estudiantes, muchos de ellos hoy profesionales e incluso un magistrado, que en muchas ocasiones le hacían redondela para escuchar sus aventuras, las cuales siempre iban cargadas con mensajes que buscaban la paz y la justicia social.

Su «oficina» como en repetidas ocasiones me dijo era una de las bancas del Parque Santander, el  Eje Ambiental, «Chorro de Quevedo» y toda la Candelaria. Desde esos lugares con el uniforme militar, las múltiples condecoraciones y su bastón de mando, con su voz firme destacaba las hazañas del general Gustavo Rojas Pinilla, mencionado al caudillo del pueblo, Jorge Eliécer Gaitán a quien consideraba que fue muerto por la oligarquía colombiana.

Los niños que alguna vez lo vieron y lo admiraron  le llegaron a llamar Simón Bolívar, relatan las madres  de los hoy estudiantes universitarios, quienes  lamentan la partida de El General Sandúa’.

El General Sandúa, manifestaba su simpatía por Claudia López y Gustavo Petro.  Era crítico de Uribe, Santos y Duque. Hablaba con su auditorio de política, economía, filosofía a su modo de entender la vida.

Murió en Bogotá, en la sala de un hospital a los 93 años. Su amigo Fray Gabriel Gutiérrez, fue el primero en comunicarle a los bogotanos la infausta noticia.

El General Sandúa murió en el Hospital El Tunal, al sur de Bogotá, a donde había sido traslado tras las complicaciones de salud.

Seguramente en otra dimensión debe estar armando nuevas «batallas», en contra de la injusticia, la corrupción, buscando que la humanidad pueda vivir en paz, como siempre lo anhelo.

Todo un personaje que se ganó el cariño de los bogotanos y los visitantes del mundo. Hasta siempre General Sandúa’.

El ‘General Sandúa’ pasó a la historia de Bogotá como el personaje más querido en el centro histórico de Bogotá