La plaga no está hecha a la medida del hombre, por lo tanto el hombre se dice que la plaga es irreal, es un mal sueño, que tiene que pasar.
Hernán Alejandro Olano García
Vicerrector de la Universidad La Gran Colombia.
Cuando la Organización Mundial de la salud declaró en marzo de 2020 la enfermedad Coronavirus, tipo Covid-19 como una pandemia, pocos pensaron que vendría un tiempo de aislamiento y auto reclusión, que nos llevaría a trabajar más de la cuenta y, a otros, particularmente los mayores de 70 años, a quedar permanentemente con la casa por cárcel, o la biblioteca por paraíso. Las pandemias son algo que en la naturaleza se da, aunque hasta ahora la gente creyera que solo era cosa del pasado o, como mucho, de las historias de ciencia ficción.
Los más de ciento ochenta días de la cuarentena colombiana, han permitido releer algunas obras o conocer la referencia de otras acerca de enfermedades y pandemias, recordando que en el siglo XIV, la peste negra dejó unos 50 millones de muertos. El sarampión, 200 millones. La viruela, 300 millones más.
Veamos un inventario de obras relacionadas con pestes y pandemias:
«Diario del año de la Peste» de Daniel Defoe, donde le da una visión periodística a una epidemia gracias a los diarios que había dejado su tío. Cuando Londres sufrió la peste en el año 1665 y Defoe tenía 5 años.
«Distancia de rescate» de Samanta Schweblin, mezcla el género de terror con la fantasía apocalíptica en el marco de la ecología.
«Ébola 76» de Amir Tag Elsir, escrita en 1976 como si el autor predijera el brote de 2014.
«El amor en los tiempos del cólera» de Gabriel García Márquez.
«El Decamerón» Pasolini, una adaptación de la obra de Bocaccio, quien en su obra italiana, hace una gran descripción de la peste en Florencia del año 1348. Después, el hilo conductor es el grupo de jóvenes que se encierra durante 15 días y que se van contando pequeñas historias.
«El hereje» de Miguel Delibes.
«El manuscrito carmesí» de Antonio Gala.
«El obispo leproso» de Gabriel Miró.
«El último hombre» de Mary Shelley, quien narra los dolores por una peste originaria de Asia avanza implacable hacia Occidente. Durante siete años golpea a la humanidad hasta ponerla al borde de la extinción. Nada más parecido al Covid-19.
«Ensayo de la ceguera» de José Saramago, donde hay una reflexión sobre todos los aspectos de la condición humana.
«La carretera», de Cormac McCarthy, acerca de un viaje emprendido por un padre y su hijo a través de parajes que fueron destruidos años atrás durante un cataclismo que aniquiló toda la civilización terrestre.
«La danza de la muerte» del autor del misterio Stephen King.
«La máscara de la muerte roja» de Edgar Allan Poe, un cuento acerca de la cuarentena que mantiene un grupo de nobles en una abadía para escapar de la peste.
«La Montaña Mágica» de Thomas Mann, que se refiere a la tuberculosis y el virus que de ella se transmitió a 80 mil personas.
«La peste escarlata» de Jack London, escrita en 1910, narrando la expansión en el 2013 de una peste terrible por todo el mundo.
«La Peste» de Albert Camus, acerca de una pandemia azota Orán, Argelia.
«La tierra permanece», de George R. Stewart, publicada en 1941, que narra un devastador virus, de cración desconocida, que azota la civilización.
«Los días de la peste», de Edmundo Paz Soldán, publicada en 2017, narra el ambiente cuando se declara una epidemia, al mismo tiempo que se produce una crisis política.
«Los ojos de la oscuridad» de Dean R. Kootz, escrita a principios de los años 80, es muy impresionante, porque en ella, el escritor estadounidense imaginó una pandemia global a causa de un virus que llamó Wuhan-400. Un virus desarrollado en unos laboratorios de China. Y situó la historia «alrededor del año 2020». Como sabemos, el Covid-19 tuvo su primer brote en Wuhan, China.
«Los que duermen en el polvo», de Horacio Convertini; en ella, Argentina ha sido invadida por zombies, llamados bichos, y la Capital ha quedado reducida a una fortaleza en el barrio de Pompeya.
«Narciso y Goldmundo» de Herman Hesse
«Némesis» de Philip Roth, acerca de una epidemia de polio durante la Segunda Guerra Mundial.
«Pabellón de reposo» de Camilo José Cela, una narración de lo que le ocurrió al autor cuando sufrió tuberculosis.
Y, es que las enfermedades infecciosas ocupan un lugar preeminente en la Literatura Universal, con enfermos y médicos, sanatorios, hospitales, lazaretos y manicomios. Por eso, Rosa Montero en «La loca de la casa», dice «…una novela es todo lo que el escritor es, incluidas sus enfermedades».
Hasta ahora, la lepra, como enfermedad bíblica, aparece reflejada en la literatura de todas las épocas y culturas. Por otro lado, la tuberculosis y sus características, que la hicieron la enfermedad literaria por excelencia, había sido el centro de las obras de muchos de los que la padecieron, como el propio Camilo José Cela en la obra que ya citamos. La difteria también ha sido responsable de dramáticas epidemias, también la sífilis, el tétanos y el SIDA.
Sin embargo, otras enfermedades de espanto aparecen en obras como la del nobel colombiano de literatura Gabriel García Márquez en «El amor en los tiempos del cólera».
«…la ansiedad se le complicó con cagantinas y vómitos verdes, perdió el sentido de la orientación y sufría desmayos repentinos, y su madre se aterrorizó por‐ que su estado no se parecía a los desórdenes del amor sino a los estragos del cólera… El padrino de Florentino Ariza, un anciano homeópata que había sido el confidente de Tránsito Ariza desde sus tiempos de amante escondida, se alarmó también a primera vista con el estado del enfermo, porque tenía el pulso tenue, la respiración arenosa y los sudores pálidos de los moribundos. Pero el examen reveló que no tenía fiebre, ni dolor en ninguna parte, y lo único concreto que sentía era una necesidad urgente de morir».
En 1918, la denominada «Gripe española», que dejó 50 millones de muertos, llegó a Colombia y contagió a tantos que incluso, le cambiaron el nombre por «El abrazo de Suárez», en homenaje burlesco al Presidente de la República Marco Fidel Suárez, dio para muchas páginas, particularmente de la literatura española, donde Josep Pla en «El cuaderno gris», escribió: «Como hay tanta gripe han tenido que clausurar la universidad… (…)…La gripe hace terribles estragos. La familia se ha tenido que dividir para ir a los entierros… (…)…La gripe continúa matando implacablemente a la gente. En estos últimos días he tenido que asistir a diversos entierros», descripción muy parecida a lo que ocurre hoy con la Covid-19.
Los más de ciento ochenta días de la cuarentena colombiana, han permitido releer algunas obras o conocer la referencia de otras acerca de enfermedades y pandemias.