La ciudad de calles empedradas de Nicolás Guillén moderada en barro
Texto y fotos
Lázaro David Najarro Pujol
En Camagüey, la suave comarca de pastores y sombreros del Poeta Nacional Nicolás Guillén, fundador de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), se inspiró el artesano agramontino Ramón Guerra López, para recrear en cerámica la añeja villa colonial salpicada de adoquines.
El artista iluminó con el poema Elegía camagüeyana, de Guillén para convertir el barro en maravilla: «Oh Camagüey, oh suave/ comarca de pastores y sombreros! / No puedo hablar, pero me gritan/ la noche, este misterio; no puedo hablar, pero me obligan / el perfil de mi padre, su índice de recuerdo; no puedo hablar, pero me llaman / su detenida voz y el sollozo del viento».
Deleita con el barro la piedra secular con la que el Poeta Nacional de Cuba pisó con sus zapatos de retorno y sus «pies de ida y vuelta, / el gran reposo de tu pecho […]» al referirse a la villa principeña.
Con la habilidad de sus manos de tres décadas de oficio modelando el barro, el artesano divierte la « violada niebla matinal / una calle […] el laberinto de la infancia del Poeta y sus «iglesias torrenciales, / por entre los machetes campesinos, /por entre plazas […]»
El artesano agramontino Ramón Guerra López adora la ciudad de «…calles empedradas, / donde de niño, en bandadas / con otros niños, corría…» Nicolás Guillén.
En las obras cerámicas del artesano está reflejado «…el gran balcón aéreo / de la terrestre casa donde soñó don Sixto, / que fue abogado y mi padrino ».
Poeta Nacional Nicolás Guillén, fundador de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC)