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Diálogo entre niños en cuarentena: ¿QUIERES QUE LE CONTAMOS AL MUNDO CUANDO LLEGÓ LA PANDEMIA EN AMÉRICA LATINA?

La generación que pagará los efectos de la pandemia.

 

 

Carlos Villota Santacruz

«Ni yo ni nadie nos podíamos imaginar el que tuviéramos que sufrir una pandemia que es la peor crisis sanitaria que ha sufrido España y también la humanidad en los últimos cien años. Creo que, cuando ocurren este tipo de crisis, hay que volver a los fundamentos del compromiso político y de tu condición de ciudadano, ser consciente de que tienes que ser humilde. Te estás enfrentando a un virus desconocido, y no solamente para el político o para el ciudadano en general, sino también para la propia ciencia. Hay que ser consciente de las limitaciones que tiene la ciencia y reafirmar un compromiso con la defensa de la salud pública y también de las empresas y del empleo».

En estas palabras del presidente de España Pedro Sánchez se resume los últimos 12 meses en el mundo, que vio llegar de manera silenciosa a la pandemia del coronavirus que ha contagiado en los 5 continentes a más de 115 millones.904.109 personas. Le ha quitado la vida a 2.575.798 personas. Este tsunami tocó las puertas de América Latina.

Las ollas vacías en casa de miles de hogares, son el reflejo de la ausencia de empleo y de ingresos de miles de padres de familia en el continente. Como testigos los niños y niñas, que vieron con impotencia cómo su vida comenzó a pasar por fuera de los parques, de la playa, del colegio, de la escuela y de las calles. Todo el contacto con el exterior, se resume a largas reuniones virtuales. El mejor de los casos, a través de un zoom.

Esta generación de infantes, se hacen muchas preguntas sobre la pandemia. Una de ellas, la imposibilidad de jugar. Porque se asoma a la puerta de sus hogares la pobreza. «Una pesadilla, que ocupa su tiempo y sus sueños. En el caso de Argentina, este medidor de la economía llega al 58 por ciento. En Colombia del 43 por ciento. En Perú del 62 por ciento. En Venezuela del 99 por ciento y Ecuador del 37 por ciento entre otros».

Lo que nadie se atreve a preguntar a los niños, es si sus conversaciones virtuales o presenciales, los efectos de la cuarentena, de tantos días y semanas encerrados, el tema central. La respuesta es sí. Y con mayúsculas. Tanto que juegan a lavarse las manos con gel. O a tapar sus bocas y permanecer largas horas en silencio. Un hecho, que sin duda perjudica su salud mental. Y que decir su creatividad. Algo esencial en su etapa de crecimiento.

Lo que aterra es que no existe un estudio científico y médico que dé respuesta a las innumerables interrogantes de los niños. Por ejemplo, se preguntado usted como padre de familia, educador o amigo de un infante, ¿sí está usando el lenguaje adecuado en cuarentena?. ¿A observado cómo reacciona?  ¿Conoce su nivel de ansiedad?

Estoy seguro que la respuesta es no. Las respuesta no hay que inventarla. Es necesario acudir a una organización especializada como la UNICEF. Además, no toda la información que aparece en la internet es veraz y confiable.

Cada niño es una persona única, tiene su propio temperamento, e incluso, estilo de aprendizaje, sin embargo, todos tienen derecho a saber qué está sucediendo y cómo se inició la pandemia. Nuestra recomendación a los padres de familia, es que encuentren la forma de explicarles y proporcionarles datos apropiados para su edad y nivel de competencia.

Si son muy pequeños, se les puede contar a través de un cuento o una canción infantil (hay varios en internet), qué es el COVID-19 y la importancia de respetar la cuarentena. También es oportuno en apoyarse de ejemplos para decirles lo que podría suceder si salen de casa.

Los niños son los adultos del futuro. Es hora de decirles esta realidad que llegará más temprano que tarde. ¿Cómo protegerse a sí mismos y a los demás? Por ahora, los niños a su manera juegan desde su inocencia en medio de una cuarentena que ya cumple un año, donde ellos han llevado la peor parte. A propósito de este comentario usted que piensa.

Desde el inicio del confinamiento, la Generación Z (los nacidos entre 1994 y 2001) se han sentido más solos que el resto de la población, según una encuesta que revela que más de dos tercios (68%)  se ha sentido solos desde el brote del coronavirus.