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Comando colombiano asesinó al presidente de Haití: VERGÜENZA

Alexander Petión Presidente de Haití

 

 

Néstor Raúl Charrupí 

Ex presidente del Tribunal Superior de Popayán 

 

 

Que miembros o ex miembros de las «gloriosas» Fuerzas Armadas de Colombia no habría sido posible conseguirlo sin el concurso y participación de países amigos dirigidos por valientes, libres y honorables personajes, como el otrora presidente de Haití Alexander Petion;  prócer de la independencia de esa república aún hoy en formación como la nuestra.

Me decía mi compañero de estudios Òscar Isaza, uno de los empresarios más importantes del puerto de Buenaventura y Colombia, que en su vida el detestaba a tres clases de personas: los desagradecidos,  los Envidiosos y los Traidores; de la misma manera pensamos gran parte de los colombianos.
Un vergonzoso comando de 28 de ex militares o paramilitares, habiendo pertenecido a las fuerzas armadas de Colombia fueron hasta Haití a cometer el asesinato de su presidente, en un acto ruin y vil simbolizando el más elocuente desagradecimiento, con una nación que nos ayudó a los colombianos a ser una república.
Es espeluznante y macabro que Antes de asesinar al presidente de Haití y tirarlo en un andén o pavimento lo hicieron vestir de «traje», para constreñir torturandolo a la «usanza colombiana» a que renunciara como presidente, partiéndole un brazo y una pierna.
Para nosotros no es extraña esta violencia de algunos colombianos, aunque de ninguna manera es justificable y mucho menos tolerable que la practiquen asesinando presidentes de naciones extranjeras y amigas. No podemos por tanto cohonestar, soslayarlo o minimizar un hecho tan aberrante y grotesco, así hubiese sido cualquiera el motivo que inspiró a estos sujetos exmilitares colombianos a cometerlo.
Solo han conseguido con este execrable hecho reafirmar el concepto que de los colombianos tienen en el exterior como país: de mafiosos y violentos bandoleros. Asignándose una injusta carga negativa a nuestra memoria histórica con un falso ADN colectivo, para todos los colombianos de ser macabros y violentos.
Recordándonos una y otra vez nuestra actitud en la época de la violencia aciaga de los años 40’,50’ y 60’ del siglo pasado. Habiendo pretendiendo incluso algunos militares de Colombia llevar tales métodos macabros de violencia a la guerra de Corea. Como los tristemente practicados como novedad en dicha guerra; «corte de franela y corte de corbata», inventados por bandoleros «chulavitas» colombianos.
Lo insólito que ahora, no solo que hemos venido sistemáticamente repitiendo internamente esta absurda violencia en Colombia arreciada en el gobierno de este extraño gobierno de un joven pero terco e inexistente presidente Duque, sino que pretendemos, estúpidamente además exportarla a nuestros países vecinos, es la tapa de la estupidez, así el gobierno para justificarse seguramente saldrá a negarla.
Cualquiera que haya sido el motivo de este comando militar o paramilitar peor si es económico, para cometer esa vergajeada nos retrata a los colombianos ante el mundo entero como lo que parcialmente somos: desiguales, violentos y salvajes, no de otra manera se explica  ese canallesco asesinato.
No sigamos viendo la paja en el ojo ajeno: que Venezuela…, que Cuba…, que el paro… que los vándalos…la viga esta en nuestro propio ojo, somos nosotros y la ley empieza por casa.
Con todo, lo sucedido en Haití es una verdadera VERGÜENZA.
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