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33.293 niños en Colombia: PERDIERON A UNO DE SUS PADRES O ABUELOS A CAUSA DE LA COVID-19

La pandemia de la Covid-19, dejó huérfanos a miles de niños colombianos. 

 

 

 

Valeria Morales Rivera

Los cambios en el estilo de vida por causa de la pandemia por la COVID-19, los constantes confinamientos, el paro, la pérdida de empleo, el aumento de la carga escolar y de las labores domésticas, así como la incertidumbre económica y el temor al contagio son algunos de los factores que han afectado la salud mental de las familias, especialmente de los niños. A esto, después de más de un año de pandemia, se suma la pérdida de familiares cercanos o cuidadores.

De acuerdo con un estudio publicado por la revista científica ‘The Lancet’, en el mundo más de un millón de niños experimentaron la muerte de uno o ambos padres durante los primeros 14 meses de la pandemia y otro medio millón experimentó la muerte de un abuelo cuidador que vivía en su propia casa.

En Colombia, se estima que 33.293 niños perdieron a uno de sus padres o abuelos a causa de la Covid-19. Después de perder un ser querido, un niño puede pasar de llorar un minuto a jugar el siguiente. Sus cambiantes estados de ánimo no significan que haya terminado su período de duelo.

Los niños afrontan el duelo de manera diferente que los adultos y jugar puede ser un mecanismo de defensa para evitar que un niño se sienta abrumado. También es normal que se sientan deprimidos, culpables, ansiosos o enojados con la persona que murió o con alguien completamente distinto. «Para abordar el duelo partimos de la comprensión de la importancia de evitar el daño y no el dolor, es decir, ayudar a los niños y niñas de manera empática en su recorrido para prevenir sufrimientos innecesarios y futuros problemas emocionales y permanecer alerta a los cambios emocionales y de humor de la niña o el niño», explica Leidy Jhohana Laverde, Coordinadora del Eje Psicosocial de la Fundación Otero Liévano.

Cabe resaltar, que se observan manifestaciones de duelo a partir de los seis meses de vida; a esta edad los niños experimentan la angustia de la separación cuando la madre está ausente. Para la profesional «la mejor forma de ayudar a los menores a afrontar la situación es no mentir, alentar al niño para que exteriorice sus emociones y sentimientos. Para estar preparados podemos acercar a los niños al concepto de la muerte, utilizando situaciones cotidianas como la muerte de una mariposa o un pájaro que choca contra una ventana».

En algunos casos los niños son incapaces de lidiar con el dolor y la pérdida, y para los adultos a cargo puede resultar una situación compleja de manejar. Por supuesto, lo mejor es consultar con especialistas.

Huérfanas por la Covid-19