El escritor, libretista y director de televisión Gustavo Bolívar, triunfaba, ganaba dinero por montones, hasta que llegó a la política para apoyar al senador Gustavo Petro, hoy golpeado y defraudado solamente atina a decir «la política es una basura, una letrina».

Su primer vínculo con la política cuando le envió 10 millones de pesos a Gustavo Petro, quien en ese momento afrontaba una crisis económica ante las medidas que adoptó el ultraderechista procurador de ese entonces Alejandro Ordoñez, quien lo destituyó y los organismos de control le cayeron con la imposición de multimillonarias multas.

Viendo ese difícil panorama Gustavo Bolívar, poco a poco se fue retirando de su brillante carrera en la televisión para entrar en el «túnel» de la política. Encabezó la lista denominada Los Decentes, logrando la mayor votación entre sus compañeros y ex compañeros como el caso del senador Jonatan Tamayo Pérez, conocido como «manguito», quien después de ser elegido los abandonó y fue a dar a las toldas del uribismo.

En el ejercicio de la senaturia Bolívar se ganó el menosprecio de la bancada gubernamental que es la mayoritaria a quien le acusaba de ser un servil de Petro. Bolívar seguía defendiendo a «capa y espada» a Petro, pero este nunca defendió al senador Gustavo Bolívar.

Poco a poco se fue desgastando llegando a «la gota que rebosó la copa», cuando tuvo la idea de hacer una recolecta para comprar elementos de protección de los jóvenes que fueron masacrados durante las protestas ciudadanas que se registraron a lo largo y ancho del país.

Las fuerzas de la ultraderecha en Colombia de inmediato acusaron al senador Bolivar de estar financiado «armamento»  para que los manifestantes ataquen la fuerza pública y destruyan los bienes públicos.