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Historia: BRUNO DIAZ OBREGÓN

Los ex-amigos

Néstor Raúl Charrupí Jiménez 
Ex presidente Tribunal Superior de Popayán
Nos conocemos siendo amigos y compañeros de estudio desde principios de los años 70’ del siglo pasado, en el colegio republicano de Santa Librada de Cali, pretendíamos en aquel entonces ser líderes estudiantiles y, en efecto, Bruno se consolidó como tal, haciéndolo de una peculiar manera y en solitario: Las autoridades locales encabezadas por el gobernador de aquel entonces Marino Rengifo Salcedo, quien para nosotros simbolizada a nivel local la expresión coloquial de políticas educativas nacionales regresivas, pretendiendo impedir la manifestación estudiantil, decidió hacer retirar el atril desde el cual expondremos nuestras reclamos y disertaciones.
Así las cosas, Bruno intrépidamente decidió de todas maneras hablar, lo cual hizo con arriesgada y acrobática maniobra y, exponiendo nuestros reclamos en un memorable discurso, oído por todos los demás adolescentes que, a más de las justificadas denuncias, aplaudimos su audaz y acrobática maroma: trepándose en una efigie que quedaba en medio de la plazoleta de San Francisco o de la gobernación del Valle, presagiando en lontananza, lo que se demostraría años después, ante más de 2000 estudiantes, no solo por sus condiciones de líder, sino sus dotes histriónicas.
Siendo el hijo varón mayor de una prole de hermanos consolidaron una solidaria familia haciéndolos profesional a todos ellos, dirigidos por su señora madre y el padre de esta un anciano afro sesentón y sabio. Ya bachiller marchó hacia la ciudad de Bogotá buscando seguramente la melodía musical, pues es un excelente bongosero, encontrándose en esas frías tierras capitalinas la prima hermana de la melodía musical: las artes escénicas.
En Bogotá se consolidó, no solo como artista, sino que constituye una familia con hermosos hijos, a los cuales no sólo ama sino que adora, a la usanza de cómo es con sus hermanos los cuales quiere y ama. Recordando para este escrito la triste muerte de su hermana Ivonne casi contemporánea de penosa enfermedad, ante la cual su afligimiento y pena por ese deceso le marcaron definitivamente su vida.
Se deduce del video que cree haber cometió un error al haberle presentado al empresario Gustavo Bolívar, a la postre Senador de la República a su hijo Diego Luis, porque este contrato a la empresa de su hijo y la llevo a la quiebra, al no pagarle lo contratado. A través del video Bruno deja varios mensajes subliminales, podríamos decir que incluso aún permanece Bruno lacerado sin dejar ir a su hijo fallecido.
Quizás las circunstancias y causas que rodearon al suicidio o fallecimiento de su hijo como insistentemente y como eufemismo presumo yo, lo llama Bruno, sean muchas.
Se trataba de un hombre joven que creía en construir empresa, cuyos sueños por más que intentaba le resultaban truncados. Y mientras tanto, uno de sus deudores, parece que el principal, se ufanaba de regalar su cuantioso salario como Senador y aparecía en programas de televisión haciendo alarde de su riqueza, con cómoda y suntuosa vivienda en exclusivo sector de Miami, de un lado, del otro el consabido reporte en las Centrales de Riesgo y por contera una insoportable vida familiar, que padece en estas circunstancias la clase media colombiana. Vuelvo a presumir, que todo en su conjunto seguramente propició el triste desenlace.
Cada quien siente y expresa su dolor como su «in tuite» persona se lo determine, Bruno es un inteligente cineasta y no acudió a la auto compasión como es la costumbre, en ocasiones el dinero es lo de menos, menos cuando se presume la causa de la desaparición de un hijo, donde él se infringe culpa como padre de un mal asesoramiento o presentación.
Entiendo a Bruno y me solidarizo con él, atreviéndose a presentar los hechos mencionados en formato de diatriba, lo cual no es usual y seguramente causará mucha roncha pero es definitivamente trascendental.
Bruno Díaz como actor triunfó