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Miguel Ángel Builes: «GIGANTE DE LA VIRTUD»

Se cumplieron esta semana los 50 años del fallecimiento del polémico obispo Monseñor Miguel Ángel Builes, «gigante de la virtud».

 

Hernán Alejandro Olano García

Se cumplieron esta semana los 50 años del fallecimiento del polémico obispo Monseñor Miguel Ángel Builes, «gigante de la virtud», hombre de fe, esperanza y caridad, mostró a lo largo de su vida una constante dedicación a la oración; un abnegado afán por impedir las ofensas a Dios; un sincero espíritu de reparación por los pecados propios y los ajenos; valor para desenmascarar mentiras opresoras; un estoico esfuerzo para cumplir la voluntad de Dios; tanto en las circunstancias ordinarias de la vida como en los momentos difíciles.

El «Venerable Siervo de Dios», Michael Angelus Builes, Episcopus. Sanctae Rosae de Osos, se encuentra en el escalón más próximo hacia la beatificación y su posterior canonización, porque siempre quiso pelear la buena batalla de la fe, «la fe que intuye el misterio escondido de Dios»; por eso, el lema eclesiástico que utilizó era Certa bonum certamen Fidei, el cual denota ser consecuente en unidad de vida, lo cual le patrocinó el calificativo de hombre polémico, nacido en la hacienda «La Montaña», jurisdicción del municipio antioqueño de Donmatías el 9 de septiembre de 1888, siendo bautizado tres días después de nacido. Era el segundo hijo de los nueve de Agustín Builes y Ana María Gómez.

A Builes se le critica hoy, aún ampliamente y con desconocimiento de causa, porque siempre hizo especial énfasis en el amor a la madre de Dios, a las peregrinaciones a los santuarios marianos y a la recepción frecuente de los sacramentos, insistiendo en el amor de Dios y al prójimo y en una conducta social y moral sana, desde un óptica conservadora y rigorista, ceñida a la ortodoxia.

Monseñor Miguel Ángel Builes Gómez fue un gigante de la santidad, este Pastor de almas que fue sido capaz de reproducir en sí mismo el modelo supremo del Buen Pastor.

Para él, «con el ascenso del partido liberal se fortalecerá el comunismo, la masonería y el protestantismo, por medio de las cuales se hará la «entronización de Satán» ya que para él como para la Iglesia: el comunismo corrompe las masas; la masonería malea y desquicia los gobiernos y el protestantismo quiere arrancar de todos la fe, para levantar su trono sobre los escombros de las naciones católicas», como lo expresara en la carta Los atentados de la masonería de 1936.

También proclamó la defensa de los derechos humanos, particularmente cuando menciona los acontecimientos en Segovia en diciembre de 1938 y en Ituango en 1937, en los cuales la población es atacada por la policía nacional; para Monseñor los nueve años de gobierno liberal  convirtieron a los católicos en «víctimas de las armas oficiales», «además de que ha protegido y fomentado la embriaguez que se convierte en una «desgracia» para la sociedad en general, porque el Estado, encuentra en este vicio la más rica fuente de ingresos para el fisco», por eso, Builes habló del «Estado cantinero», e incluso llegó a proponer una serie de catorce de remedios contra el alcohol.

Por defender la Doctrina y los Derechos de la Iglesia, también fue llamado «el Atanasio colombiano». Los escritos del Venerable en el ámbito político, desde 1924 hasta 1967, fueron bien dicientes. Creía Builes que, en nuestra Colombia rural, causaba más resonancia la voz de un obispo, que la voz de un político.

Builes arriero