Gustavo Álvarez Gardeazábal

Manuel T. Bermúdez

Durante la clausura del Festival Internacional de Literatura Oiga, Mire, Lea, el escritor vallecaucano, Gustavo Álvarez Gardeazábal, recibió la medalla «María de Jorge Isaacs» en reconocimiento a su labor como escritor y por los 50 años de su novela «Cóndores no entierran todos los días».

La novela ha resistido el paso de los años y sigue siendo material de estudio para quienes aspiran ser escritores y también para investigadores y analistas de uno de los períodos más trágicos de Colombia como lo fue la llamada época de la violencia.  Como ya ha contado el escritor la novela la escribió en Pasto entre los años 70 y 71.

Gardeazábal también ha contado que su novela fue puesta a la venta en 1972 en la librería Nacional de Cali que quedaba en la Plaza de Caicedo y que en menos de tres horas se vendieron los 300 ejemplares que habían sido traídos en barco desde España. Desde aquel día hasta hoy no ha parado el éxito de la novela  y hoy el libro se sigue vendiendo tanto como las ediciones piratas que del mismo se han hecho.

Lo cierto es que Gardeazábal ha sido un escritor irónico y agudo y deslenguado  que ha retratado con su pluma esa Colombia que le ha  tocado vivir,  y quien se ha caracterizado por armar alborotos para despertar a un país que siempre parece adormilado.

Lo cierto es que Gardeazábal ha sido un escritor irónico y agudo y deslenguado  que ha retratado con su pluma esa Colombia que le ha  tocado vivir.