Miles de millones de pesos circulando en la compra de votos.

Rafael Camargo

En Colombia una mayoría grande de los candidatos al Congreso de la República viene haciendo su respectiva campaña con la compra de votos que les permita ser reelegidos o llegar por primera vez como «padres de la patria» al capitolio nacional.

La compra de votos se hace en todos los niveles: Desde el líder barrial, comunal, pasando por los ediles, concejales y diputados , gobernadores, alcaldes , dirigentes empresariales, mafiosos y hasta funcionarios del gobierno nacional.

Esta actividad delincuencial se ha venido desarrollando de manera normal en la costa Atlántica. Hoy se ha extendido por todos los rincones del país como la complicidad del gobierno nacional  al entregar la llamada «mermelada» a los congresistas, esos recursos públicos  en su mayoría se utilizan en la compra de votos.

Definitivamente son muy pocos los congresistas elegidos por la opinión y la conciencia de los colombianos. El mercado de los votos de acuerdo con las investigaciones se viene trazando entre 50 y 100 mil pesos para las elecciones del 13 de marzo.

Testimonio

Logramos contactar a una persona que conoce la forma delictiva  con que actúan algunos políticos con el fin de lograr su cometido como es el de llegar al poder legislativo y ejecutivo a través de la  entrega de dinero a cambio de votos.

«La compra de votos se volvió normal en todas las regiones. Los políticos buscan los recursos públicos a través de la mermelada que les reparten y en otros casos reciben dinero de las mafias para estar al servicio de ellos», revela nuestra fuente.

«Una curul para la Cámara de Representantes puede costar entre tres mil y cinco mil millones de pesos. La curul en el Senado de la República, tiene un costo entre los 10 mil y 30 mil millones de pesos»: agrega.

Los colombianos se preguntarán:  «¿Cuál es el negocio al invertir grandes cantidades de dinero que no va a ser recuperado con los mega sueldos de los congresistas?», la respuesta nos la entregó un congresista al indicar: «Nuestros sueldos sirven para los tintos. La ganancia está en recibir dinero de la industria, el comercio y las multinacionales legislando a favor de ellos». También explicó que la contratación estatal es la base para poderse sostener en las curules.

Denuncias

El prestigioso penalista Miguel Angel Del Río Malo, acaba de presentar una grabación del senador conservador costeño, Laureano Acuña, conocido en su región como  el «gato volador», miembro del comité de ética del Congreso de la República hablando con  el candidato a la Cámara Edison Massa donde le  advierte: «mínimo tenemos que comprar 70 mil votos».

Se conocieron  audios en los que el exalcalde de San Juan de Betulia en Sucre, Manuel Vicente Hoyos, confiesa que negoció con el senador Efraín Cepeda un proyecto de repoblación bovina a cambio de conseguirle votos a él y al partido Conservador. El senador Cepeda, es el cabeza de lista de su partido para las elecciones del próximo 13 de marzo, sin embargo Cepeda dijo que en ningún momento ha comprado votos.

Censura

En las regiones colombianas donde impera la corrupción la censura y la autocensura funciona a través de la entrega de dinero a algunos comunicadores.

«Siguen los medios arrodillados de la Costa escondiendo los graves señalamientos contra Char. Periodismo soluble en dinero. Cobardes y pusilánimes. En la Costa sólo han existido mafias políticas que acuden al crimen para perpetuar su poder. Denunciarlos es dignificar la región», sostiene el penalista Miguel Ángel Del Río.

«Se impuso la censura en Colombia. Ni la prensa de Barranquilla publica el enorme escándalo que demuestra la existencia del fraude criminal de la compra de votos», denunció el candidato presidencial Gustavo Petro.

Las tulas de dinero empezaron a circular en las diferentes regiones de Colombia.