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Editorial: COLOMBIA POLARIZADA

COLOMBIA POLARIZADA

La corrupción, la politiquería, la mafia y los narcos han llevado al país a un grado de intolerancia y por ende a la polarización.
El mismo gobierno y el presidente censuran y en muchos casos desconocen los fallos de la justicia con el argumento de que afectan al país, cuando en realidad el mandatario  y el partido de gobierno han originado una crisis sin precedentes en la historia de Colombia.
Para los gobernantes del momento es natural los hechos de corrupción y se premia a los corruptos con altos cargos  y billonarios contratos.
Triste que Colombia haya sido pisoteada por unos cuantos corruptos que buscan solo enriquecerse con la miseria de la mayoría de los colombianos.
Sobre el tema del aborto nunca ha reconocido el recalcitrante gobierno que la penalización solo hace que los abortos sean clandestinos, se practiquen en forma insegura y sea elevada la mortalidad de las mujeres pobres y jóvenes.
El altísimo número de abortos evidencia, por sí solo, el poco o nulo efecto disuasorio de la ley sobre las mujeres.
La penalización nunca ha sido un medio efectivo para proteger al embrión. Su protección puede lograrse mediante políticas públicas que, a la vez, sean consistentes con los derechos de las mujeres.
Países como Alemania, Francia104 Portugal105 y España106 tienen políticas en esa línea proveyendo servicios de consejería pre-aborto para proteger al embrión.
Aquí en Colombia,  la mojigatería y el fascismo de algunos dirigentes ayudan a impulsar la polarización.
En un país civilizado se aceptan los fallos de la justicia, así no sean compartidos.
Triste que el actual gobierno va entregar a Colombia en una guerra total, cuando recibió la administración transitando para la paz.
Más temprano que tarde tendrán que responder ante la justicia los impulsores de la guerra y el daño de lesa humanidad que le han causado a Colombia.
Colombia no puede volverse a equivocar en la elección del presidente de la República. Es un compromiso y una responsabilidad no volvernos a equivocar, cuando un gobierno llevó a Colombia a la miseria.