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Rodolfo me dijo: «VAMOS A ACABAR CON LA CORRUPCIÓN»

Rodolfo Hernández 

 

 

Marelen Castillo

Candidata a la vicepresidencia de Colombia

 

Rodolfo es un hombre fresco, tranquilo, que tiene una comunicación simple, sencilla, que le llega a los colombianos y a las colombianas. A mí me da mucho gusto cuando visito las regiones y me dicen «sí, yo voy con el viejito, yo apoyo al viejo», porque eso es saber que él le ha llegado a la gente, a su corazón.

El 19 de junio, día de las elecciones, cumplo cuatro meses de haberlo conocido. Vine a celebrar el cumpleaños de mi mamá acá a Cali, cuando me llamó mi amigo Alonso Ortiz, ambos fuimos rectores en Uniminuto: «Marelen, estamos buscando la fórmula vicepresidencial del ingeniero Rodolfo Hernández», y yo le dije: «ah, chévere» y entonces me responde: «pienso que tú puedes ser la fórmula». Yo le dije que nunca había estado en política… Me contestó que precisamente eso era lo que él quería, una mujer que no fuese política y que enviara mi hoja de vida. Después de pensarlo, llegué a la conclusión de que era una oportunidad de servirle al país desde otro frente, porque yo siempre le he servido desde la educación. Después de presentar mi hoja de vida, el ingeniero me llama, como a los cuatro o cinco días, y me dice: «Marelen, tengo 500 hojas de vida y dentro de esas elegimos la tuya».

A mí ya me habían preguntado antes si me gustaba la política y yo había dicho que algún día, cuando me retirara, me gustaría poder servir desde otros frentes, pero no pensé que fuera tan pronto. Yo envié mi hoja de vida, pero, si no la escogían dije que de todas formas me interesaba conocer al ingeniero y aportar en su propuesta de educación. Yo ya venía siguiéndolo, porque iba a Bucaramanga por la institución en la que estaba trabajando, conocía la gestión del ingeniero y veía el avance de la ciudad.

Yo tenía preguntas: ¿Qué esperaba Rodolfo de la fórmula vicepresidencial, cuál era su equipo de trabajo, su programa de gobierno? Le dije «Rodolfo, pero yo a ti no te conozco y tú a mí tampoco», entonces fui a Bucaramanga, a su oficina, estaba una de las personas que había presentado la hoja de vida y su esposa Socorro y conversamos toda la mañana, evaluamos las propuestas.

Él me dijo: «Vamos a acabar con la corrupción en Colombia, no podemos permitir que se roben más el país, necesito que usted me ayude, como mujer educadora que ha trabajado en lo social, a cerrar la brecha social».

Le di mis aportes para educación, jóvenes y mujeres. Fui enfática en que necesitamos generar oportunidades para ellas, empleo, educación, otras posibilidades de ser escuchadas, que participemos en las decisiones políticas, económicas, sociales, que podamos decidir sobre nuestro futuro, «¿cómo vamos a protegerlas?», le decía, porque tenemos casos de feminicidios, violencia intrafamiliar, víctimas del conflicto… Nos comprometimos a trabajar para cerrar esa brecha social, para que los más pobres y vulnerables en Colombia tengan oportunidades.

Marelen Castillo