El padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad, hace entrega del informe al presidente electo de Colombia Gustavo Petro. El presidente Iván Duque se negó asistir al acto a  pesar de haber sido invitado. 

Rafael Camargo

La Comisión de  la Verdad  y la JEP se unieron en el proyecto más grande de análisis de los derechos humanos en el mundo.

La Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición, comúnmente conocida como Comisión de la Verdad, creada por el acuerdo de paz firmado en noviembre de 2016 con la hoy extinta guerrilla de las FARC, publicó este 28 de junio su Informe Final sobre las causas y orígenes del conflicto armado, una investigación producto de tres años y medio de trabajo.

Hicieron presencia sectores sociales de diversas regiones de Colombia, organismos internacionales, académicos y hasta las autoridades de Colombia recién electas el presidente de la República, Gustavo Petro y la vicepresidenta de la República, Francia Márquez.

La ausencia de las autoridades encabezadas por el presidente Iván Duque y la vicepresidenta Martha Lucia Ramírez, los militares y los representantes de los gremios brillaron por su ausencia a pesar de contar con su respectiva invitación.

El padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad  hizo un llamado a actuar y no postergar la paz en el país para poder «sanar el cuerpo físico y simbólico» que como Nación conforma la ciudadanía colombiana.

«Traemos un mensaje de futuro para nuestra nación rota», así como «un mensaje de verdad para detener la tragedia de un conflicto en el que el 80 % de las víctimas fueron civiles no armados», dijo.

Resaltó que la Comisión de la Verdad publicó este martes dos capítulos de su informe final, el de hallazgos y recomendaciones y los testimonios de víctimas contenidas en más de 500 páginas.
«Esta comisión no tiene naturaleza judicial, lo que concluye no se convierte en un mandato judicial, pero se convierte en un documento que aporta elementos de juicio sobre las causas del conflicto», explicó.

En cuanto a la responsabilidad del Estado se refirió así sobre los actores del conflicto:  «La expresión conflicto armado implica reconocer que el Estado participó del mismo porque lo que eso implica es que el Estado fue uno de los actores del conflicto, reconocer esa verdad es muy importante para pasar esta página».

«Sin duda el desarrollo de las tareas de la Comisión de la Verdad ha sido histórico. Toda esta reconstrucción histórica debe estar cargada de mucha emotividad y si el nuevo gobierno toma la decisión de implementar las recomendaciones del informe, el país empezará a ser otro para que nos reencontremos como sociedad», añadió.

Propuso que este informe debería ser compartido con todos los colombianos, por lo que hay que buscar maneras de difusión.

«A mí me parece que este informe de la Comisión de la Verdad es realmente la narrativa que este país debería conocer porque es un informe que recoge testimonios y esa línea debería ser un insumo de educación de la nueva ciudadanía».

«Las sociedades siempre tendrán conflictos, pero no puede ser sinónimo de la muerte, el conflicto dialogado puede permitir que la humanidad crezca, es sinónimo de política y cultura», dijo el presidente electo de los colombianos  Gustavo Petro en entrega final del informe de la Comisión de la Verdad.

«Pedimos a un Ejército que ponga el honor en la paz, donde las medallas no sean por cadáveres sino por personas vivas culpables o inocentes para la justicia restaurativa», expresó el presidente de la Comisión de la Verdad Francisco De Roux.

El expresidente Juan Manuel Santos sobre el informe dijo: «Muchas gracias a la Comisión de la Verdad
por su histórico y difícil trabajo: una misión dolorosa pero indispensable para la reconciliación. Mi respeto y mi admiración a todos los comisionados».

El teatro Jorge Eliecer Gaitán resultó insuficiente para albergar a todos los colombianos que aspiraban a entrar al acto del informe de la Comisión de la Verdad sobre el conflicto interno del país.

Los familiares de las personas asesinadas por una política gubernamental que quería enviar un falso mensaje de estar derrotando a los grupos alzados en armas.  

Silencio absoluto de quienes dirigieron la política de seguridad durante el periodo de los 6.402 falsos positivos en Colombia. 

La historia se encargará de juzgar a quienes dirigieron la represión contra los jóvenes de Colombia, donde fueron  masacrados en el territorio durante el estallido social.

En varios sitios de Bogotá con pantallas gigantes fue trasmitido el acto de la Comisión de la Verdad sobre la guerra sucia en Colombia.