Los colombianos del campo son los más afectados por las organizaciones que manejan el narcotráfico.
Rafael Camargo
La calificación del GITOC se centra en una calificación de 1 a 10 teniendo en cuenta la escala, el alcance e impacto del crimen organizado. El listado de los países afectados por la criminalidad lo lidera República Democrática del Congo (7,75), sigue Colombia (7,66), Myanmar (7,59), México (7,56), Nigeria (7,15), Irán (7,10), Afganistán (7,08), Irak (7,05), República Centroafricana (7,04) y Honduras (6,98).
Colombia es identificado como «el mercado de cocaína más generalizado del mundo» al que se suman México, Guatemala y Haití. A su vez se alerta que organizaciones criminales colombianas y mexicanas son facilitadoras de extorsión, tráfico y distribución de drogas y lavado de dinero.
Colombia tiene mecanismos sólidos «para contrarrestar el crimen organizado», que incluyen una gran cooperación internacional, «sigue viéndose afectados por economías ilícitas generalizadas», dice el informe.
El documento se advierte que el 79% de la población mundial vive en países que tienen altos niveles de criminalidad y que aparte del mercado de drogas, la trata de personas «se ha convertido en la economía criminal más generalizada del mundo».
Para la GITOC, los actores estatales «son los primeros a la hora de facilitar economías ilícitas» lo que implica que la corrupción «de bajo nivel hasta la captura total del Estado» es una de las bases para que los mercados y organizaciones criminales se mantengan.
Los narcotraficantes tienen ejércitos a su disposición para aterrorizar a los campesinos en Colombia.