“No tenemos nada que envidiarle a los restaurantes del sur del continente, belleza del sitio, terneza en la carne, los mejores vinos y la inigualable música que transporta a las pampas sureñas”, indicaron los propietarios.
La inversión inicial permitió proveer al local de un software para pedidos, de parrillas, equipos de música de alta tecnología y hacer las adecuaciones locativas necesarias para obtener la caracterización de un restaurante gaucho con las mejores carnes.
En el sector (Av. La Esperanza No. 48-50), es el único restaurante que abre puertas al público a las 6 de la mañana para brindar desayunos, que esta listo al medio día con varios tipos de almuerzo, que al mediar la tarde tiene café y capuchinos y que finaliza la noche con rumba y karaoke.
Darle vida al restaurante Martín Fierro ha sido la gran empresa en la que su principal socio, Javier Pardo incursionó; el primer desembolso de $500 millones le permitió a un fabuloso local llenarse de software para pedidos, pesadas mesas de madera, varias parrillas, música para rumbear y la caracterización de un restaurante gaucho con las mejores carnes.
Los dueños de Martín Fierro viajaron hasta Argentina para comparar la decoración y los platos, para decirle a los colombianos “no tenemos nada que envidiarle a los restaurantes del sur del continente, belleza del sitio, terneza en la carne, los mejores vinos y la inigualable música que transporta a las pampas sureñas”.
Al indagar a Javier Pardo por la acogida del restaurante en Bogotá señala, “en el sector somos el único sitio que abre a las 6 de la mañana para brindar desayunos, y estamos listos al medio día con varios tipos de almuerzo, para mediar la tarde con café y capuchinos y finalizar la noche con rumba y karaoke”.
Pardo agregó “ahora estamos más cerca de las familias, de las empresas que utilizan nuestros servicios para sus eventos de aniversario y celebración con diversión, comidas y un amplio parqueadero”.
La administración de Martín Fierro se ha empeñado en cumplir con las exigencias de los clientes a cabalidad, por lo que su parrillero Francisco Cano toma atenta nota de los términos solicitados, y cuando es del caso va a la mesa para verificar el pedido, azul que es vuelta y vuelta sobre la parrilla, ¼ que entrega un asado superficial, ½ que apenas desprende jugos, ¾ que es el asado más solicitado y carne totalmente asada, que es muy común en los trompos de asaduras.
Una última recomendación de la casa es disfrutar el sitio, asistir sin afán y hacer el maridaje de la comida con vinos tintos, blancos, o bebidas de frutas, para que las carnes y pescados resulten inolvidables.
Ese restaurante es único. Los alimentos son deliciosos. Muy bien que la tecnología la pongan al servicio de los clientes.