Salvatore Mancuso, revela complicidad de gobierno, empresarios, militares durante las masacres cometidas por el paramilitarismo en Colombia.
Rafael Camargo
El ex jefe militar del paramilitarismo en Colombia Salvatore Mancuso ha revelado ante la justicia colombiana como funcionó la criminal máquina de guerra apoyada por las autoridades gubernamentales, de policía y ejército además de buena parte de la clase empresarial, política, y hasta medios de comunicación.
Mancuso continúa su audiencia en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en la que está entregando su versión de los hechos delictivos que vincularon a las Autodefensas en la década del 90. En la diligencia, Mancuso detalla su versión de las alianzas entre funcionarios, civiles, paramilitares y la Fuerza Pública, donde dijo que hacían censos con el Ejército para controlar la alimentación que subían a la guardia indígena y campesinos. Además, el excomandante de las AUC sostiene que los paramilitares tenían a las personas censadas para controlar las geografías y expresó que estaba aliado con la institucionalidad.
Mancuso reconoció que los hombres bajo su mando ejecutaban homicidios y se resguardaban tanto en la Policía como en la base militar de Tierra Alta. También habló de las «operaciones militares conjuntas» sucedidas en Montería, Córdoba, en las que hubo participación de los generales Fernando Roa Cuervo y Bravo Silva. Mancuso afirma que se reunía con los comandantes de los batallones para planear las operaciones y que aprendió a pilotear aeronaves gracias a las clases que le impartieron los pilotos de la Fuerza Pública en sus días de descanso del servicio militar.
Fue indagado sobre la historia qué militares apoyaron y colaboraron en asesinatos como el de Jaime Garzón, Eduardo Umaña, Jesús María Valle y los investigadores del CINEP Elsa Alvarado y Mario Calderón.
El magistrado Pedro Elías Díaz, en medio de la diligencia, le preguntó a Salvatore Mancuso por su responsabilidad en el crimen del exalcalde de Roble (Sucre) Eudaldo ‘Tito’ Díaz, quien contestó que su homicidio «fue solicitud directa del gobernador (Salvador Arana). Después el entonces presidente Uribe le quitó el esquema de seguridad y nosotros lo matamos», afirmó. Mancuso dijo que tenía otro tipo de información novedosa sobre ese caso, pero que la suministrará en algún espacio reservado por tratarse de «información delicada».
El exjefe paramilitar habló sobre el papel que tuvo el periodismo para que el discurso paramilitar fuera conocido en todo el país. Señaló que tenía permanente contacto porque los medios de comunicación tenían mucho interés en que se conociera lo que estaba pasando «por el nivel de prominencia que tuvimos en el conflicto armado». Mancuso señaló que tenía permanente contacto con el periódico local El Meridiano de Córdoba, pero que varios medios a nivel nacional le reprochaban que tuviera prioridad con el periódico de regional.
Mancuso dio detalles de cómo fueron estigmatizados varias organizaciones sociales que denunciaban la barbarie paramilitar, entre ellos, la Comisión Colombiana de Juristas (CCJ) de Gustavo Gallón, Comité de Solidaridad con los Presos Políticos, Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo (en concreto al abogado Alirio Uribe). Además de señalar a José Miguel Narváez, ex subdirector de inteligencia del DAS, señaló que recibían información de la inteligencia de la policía y el Ejército para «etiquetar» a estos sectores y estigmatizarlos.
Empresarios
Mancuso se refirió, a la relación que varias empresas del país tuvieron con las Autodefensas para que lograran su consolidación. En primer lugar, se refirió a Fedegan y al Fondo Ganadero de Córdoba. Dijo que hubo varias reuniones con el expresidente de la empresa ganadera, Jorge Visbal, y Rodrigo García, gerente de Fedegan. A estas también asistió, según el ex paramilitar, el condenado exministro de Justicia, Sabas Pretelt. «En esas reuniones el doctor Jorge Visbal solicitaba presencia de Autodefensas (…) igual sucedió con el tema de los comerciantes y de los transportadores». Salvatore Mancuso reveló ante la (JEP) que las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) estuvieron a punto de asesinar al actual embajador del país ante la ONU en Ginebra, Gustavo Gallón.