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Líderes Grancolombianos: MARIO JAVIER MATURANA, PRESIDENTE DE ABOGADOS AFRODESCENDIENTES

Mario Javier Maturana

 

 

 

Gerney Ríos González

Abogado de la Universidad La Gran Colombia, biólogo, oriundo de la Costa Pacífica colombiana, capacitado en áreas especializadas del medio ambiente, gestión del riesgo, seguridad social, materiales peligrosos, manejo de residuos sólidos, marketing ambiental, ecosistemas urbanos, gestión ambiental urbana y de la calidad, vertimientos, protección jurídica del aire y del agua, participación ciudadana, derecho internacional ambiental, legislación ambiental, estudios de impacto ambiental, ordenamiento de cuencas, auditoría ambiental, crecimiento verde, economía circular, evaluación ambiental estratégica, bioeconomía, procesos sancionatorios ambientales y licenciamiento ambiental.

Becario para realizar estudios de Maestría en Derecho Ambiental y Desarrollo Sostenible. Especialista en Gerencia para el Manejo de Recursos Naturales del Medio Ambiente, Prevención y Atención de Desastres. Académico emérito, guía de la justicia universal.

Presidente del Colegio de Abogados Afrodescendientes; también, vicepresidente del Colegio de Abogados del Chocó, Pacífico y Caribe. Condecorado por la Corporación Transparencia Jurídica Internacional; referente de las negritudes ante los organismos internacionales y la Cámara de Representantes, para la construcción del quinto Plan de Acción para las Comunidades Negras, Afrocolombianas, Raizales y Palenqueras.

Desarrolló la investigación biológica, la cual fue la primera de este tipo realizada a nivel mundial. Candidato a director de la Corporación Autónoma Regional para el Desarrollo Sostenible del Chocó – CODECHOCÓ. Experiencia laboral en los sectores público y privado en los ámbitos jurídico, ambiental, social y cultural. Sostuvimos un breve diálogo con éste grancolombiano defensor de la vida:

¿Cómo pasó de ser biólogo a convertirse en abogado?

Formado inicialmente como biólogo en la Universidad del Chocó en Quibdó, luego me radiqué en  Bogotá, para continuar estudios de postgrado, motivado por el interés de administrar la riqueza con que cuenta el departamento del Chocó en materia de recursos naturales, especializándome en gerencia ambiental y prevención y atención de desastres en la Universidad Sergio Arboleda; posteriormente, convencido de que la gestión ambiental requiere del componente jurídico, me especialicé en Derecho Ambiental en la Universidad del Rosario. Motivado por fortalecer mis conocimientos jurídicos, realice estudios en la mejor facultad de Derecho, la Universidad La Gran Colombia.

¿Qué significó su paso por la Universidad La Gran Colombia?

 En lo personal y profesional ha sido supremamente enriquecedor; tuve la fortuna y oportunidad de contar con un excelente equipo humano entre directivos, profesores y compañeros. Recibí la formación de juristas de gran calidad profesional y humana. En cuanto a mi experiencia académica fue muy buena, manteniendo un promedio de 4.0;   resaltó la formación ética y moral que se imparte durante todo el ciclo de formación profesional. Finalmente me gradué de abogado.

¿Cuál es su historia?

Mis padres son chocoanos. Mi señora madre en estado de embarazo, se desempeñaba como profesora en el municipio de San José del Palmar al sur del departamento del Chocó, dado en ese momento su avanzado estado, le era más fácil llegar a Cali que a  Quibdó, por el difícil acceso de conectividad en  los modos de transporte de la zona; entonces, nací en la ciudad de Cali, y, a la edad de un año mi madre retornó a vivir a Quibdó, donde continuó mi proceso de desarrollo y crecimiento en lo personal, social, cultural, académico, razones por lo cual me siento hijo de la tierra chocoana.    

Pertenezco a una familia clase media muy bendecida por Dios; académicamente, desde mis inicios me formé en la ciudad de Quibdó, hasta llegar a graduarme en la Universidad del Chocó, como biólogo. Me crié en un entorno familiar y de amigos súper sano, en medio de gente calurosa, servicial, amable, de excelente calidez humana que hacían de Quibdó, un verdadero paraíso.