Opinión, TOP

«El Panóptico»: TIEMPOS DE EMPALME

Los ahora amigazos Ospina y Eder 

 

Jhonny Alexis Lizcano L.

Durante estos días al cierre del año en tiempos de empalme entre los gobernantes salientes y entrantes – a nivel local y departamental -, seremos testigos de acalorados enfrentamientos y pujas políticas. No solo por los indicadores de gobernabilidad y gobernanza que se suelen develar entre opositores. Sino además, por las enarboladas felicitaciones y elogios que se expresan, cuando por el contrario los gobernantes son afines a un credo económico y político.

El mejor ejemplo de lo anterior, lo vivenciamos recientemente entre el Alcalde Jorge Iván Ospina de Cali y su homólogo a partir de enero de 2024, Alejandro Éder. Al indicar éste último que «Cali se encuentra en cuidados intensivos».

Por el deterioro progresivo de sus finanzas y el manejo crítico de la administración pública que deriva de su antecesor. Mientras Ospina, recalcó «que se encuentra cansado del matoneo infundado».

Recordemos que en abril de 2023, la Contraloría General de la República ordenó que se le congelarán todos los ingresos al alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, tras descubrir presuntas irregularidades en contratos que ascendían los 700 mil millones de pesos. Indicando que el mandatario caleño, podría estar implicado en una red de corrupción con las Empresas Municipales de Cali (Emcali).

Similar situación se vive en la Alcaldía de Medellín. Pues el nuevo mandatario elegido Federico Gutiérrez, no deja de expresar su inconformismo y malestar por la gestión pública de Daniel Quintero. Al señalar categóricamente que  «Medellín ha sido saqueada y burlada». Denunciando supuestas irregularidades financieras y administrativas dentro del proceso de empalme. Indicando incluso, que se gastaron más de 14.000 millones de pesos en fiestas y actividades privadas autorizadas por la administración de Quintero.

Situación que ha derivado en fuertes tensiones entre las partes. Al punto de que la administración saliente ha sido acusada por la entrante, de ser promotora de inestabilidad pública. Caracterizada por la alta rotación de secretarios de despacho y la precaria transición fluida de información oficial.

Sin embargo y pese al contradictorio panorama político que vive Cali y Medellín. Bogotá es un auténtico paradigma político por estos días. Pues el empalme por la Alcaldía Distrital entre Claudia López y Carlos Fernando Galán, ha propiciado el anticipó de las novenas de aguinaldo y los villancicos navideños, que nos inspiran a todos las fiestas de fin de año. Y por consiguiente, al amor filial entre prójimos y creyentes.

No sé si la armoniosa transición que se vive entre la administración que termina y el arribo del nuevo alcalde en Bogotá, es un ejemplo de buen gobierno y de liderazgo público. O por el contrario, es un augurio de continuidad y hegemonía política. Con tinte de campaña presidencial a futuro.