Comando General de las Fuerzas Militares
«Cuando se crea este Comando General de las Fuerzas Militares, el Ejército, las Fuerzas Militares en general, jugaron un papel. Y el papel fue impedir que la sociedad colombiana se matara entre sí. Ese fue su mensaje».
Con esta evocación, el presidente Gustavo Petro conmemoró en el campo de paradas de la Escuela de Infantería, en el norte de Bogotá, los 73 años del Comando General de las Fuerza Militares y lo calificó como un éxito de la historia de Colombia.
«Esa comandancia, de ese primer Comando General de las Fuerzas Militares, asumió su labor histórica y hoy conmemoramos esos hechos. Pero se logró. Y ese es un éxito de la historia de Colombia», afirmó.
El jefe de Estado recordó la difícil situación de violencia, de convulsiones políticas y de perturbación del orden público que vivía el país en abril de 1951, año en el cual entró a funcionar este órgano militar, responsable de la dirección estratégica del Ejército Nacional, la Armada de Colombia y la Fuerza Aérea Colombiana.
«Hubo generales, en ese entonces, y un Ejército, en ese entonces, que planteó la paz. Planteó, en la dificultad de las venganzas, que se cerraran las heridas. Planteó una amnistía general y, esta vez, en condiciones para ver. Pudieron equivocarse o no, pero el sentido de esa propuesta era que cesara el horror, que Colombia pudiera ser», manifestó.
El mandatario destacó que estos oficiales «no se adhirieron a uno u otro partido, (que) en sus discursos, en sus arengas, siempre pedían la muerte de los otros”.
Sin embargo, advirtió que el Comando de las Fuerza Militares se enfrenta hoy a nuevos retos,«porque lo que empieza a construirse en el mundo es la multinacional del crimen en diversas formas forjadas por la codicia».
También pidió a las Fuerzas Militares diseñar una estrategia para actuar frente a la crisis climática. «Hay que tener el plan B”, enfatizó.
Igualmente, frente a los avances de la Inteligencia Artificial resaltó que «tenemos un papel militar que cumplir, una acción político militar que nos obliga a meternos dentro del siglo XXI y, obviamente, a superar lo que nos está atajando como pueblo y como nación, que no nos deja la velocidad suficiente para meternos en esas problemáticas».