El presidente de los colombianos, Gustavo Petro Urrego, propuso en Cali un Acuerdo Nacional mediante un referéndum.
Bernardo Ordóñez Sánchez
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, cambió de estrategia. Ahora no habla de convocar una Asamblea Constituyente. Llama a un referéndum. Esto lo advirtió el viernes en el coliseo del pueblo en Cali, aunque recalcó que no piensa reelegirse. Es de entender que en esa convocatoria de referéndum se puede y cabe la figura de la pregunta de una reelección presidencial, ya sea inmediata o para el siguiente periodo.
«Los invito señores de la clase política tradicional a un acuerdo nacional para las reformas sociales de Colombia. Acuerdo Nacional que si lo logramos debe llevarse a referendo popular a través del referendo constitucional en Colombia, para que el pueblo diga sí o no», dijo Petro.
El mandatario da por seguro esa convocatoria y reiterar que se debe construir un acuerdo nacional, definiéndolo como un proceso llamado por él asambleas populares, a quienes les otorga el valor de poder constituyente para tratar temas coyunturales.
Ante esta propuesta, aprovechó de una vez en Cali convocar a sus huestes para organizarse, con el propósito de hablar con el poder ejecutivo y así lograr los cambios que él propone. Si bien advierte la diferencia entre Poder Constituyente y la Asamblea Constituyente, su propuesta concreta es convocar un referendo.
Pareciera que el presidente este a la defensiva de los señalamientos que tiene del CNE, que lo tienen contra las cuerdas, y está haciendo convocatorias con el argumento de reformas a través de la Constitución. Pero no se entiende esto ya que estas reformas van bien, una la pensional ya aprobada por el Senado con muchas posibilidades de salir adelante en la Cámara.
La Reforma de la Salud prácticamente ya la está implementado con las intervenciones a las EPS y los acuerdos que llegó con las otras principales del país.
¿La Laboral hay acuerdo con los ponentes en la Cámara, entonces esa situación de referendo es para qué? Se puede interpretar más como una situación de distracción a la opinión pública que verdaderamente una necesidad.
Al referirse con estas palabras: «Como la orden constitucional es garantizar derechos, los decretos del gobierno deben buscarlos, no vamos en contra de la Constitución, queremos aplicarla de forma inmediata». Con esta teoría propia de él, asume poder hacer la convocatoria.
Este argumento político, que es, el darles valor constitucional a las asambleas populares con poder constituyente, va derivar en convocar a través de un decreto el referendo.
En dicho decreto también podrían caber mayores propuestas, que aún no ha mencionado y será el guardado final, como por ejemplo, cerrar el Congreso.
Es muy posible que ese controvertido decreto sea demandado ante el Consejo de Estado; sin determinar cuánto tiempo se toman para resolver dicha demanda, y mientras se tramita, podría realizar la elección del referendo, esto es, si encuentra en el Consejo Nacional Electoral el apoyo para realizarlo.
Acorde con los artículos 374, 377 de la Constitución Política, y saltándose el artículo 155 de la CP. Ajustaría las preguntas del referendo a los intereses de no solo aprobar sus reformas, también podría incluir algunos temas nuevos, y enunciarlos hasta que esté listo el borrador.
¿Si es necesario reformar la Constitución?
Aduce el mandatario que las reformas que el propone es el principal motivo para reformar la Constitución. Pero adicionalmente también hay muchos temas estructurales a considerar que no ha mencionado y puede incluir, sin conocer la totalidad de sus pretensiones es muy difícil que los partidos, la sociedad civil y en general la población le caminen a un acuerdo de convocatoria de referendo sin determinar el objetivo, así que, sin que el presidente puntualmente no haga el anuncio de cuál es el objeto principal y fin de lo que quiere, será muy discutible ese acuerdo.
Si este anuncio lo cumple como muchos que ha anunciado y no ha realizado, y emite el decreto sin acuerdo, estaríamos en una situación de golpe constitucional del presidente para con la nación.