Opinión, TOP

Crónica de Gardeazábal: LIQUIDACIONISTA PERO ANTOJADO

Gustavo Álvarez Gardeazabal

El Porce

Por estos días que he estado releyendo mi novela LOS MIOS, para la edición en septiembre dentro de la Biblioteca Gardeazabal, me he sorprendido a mi mismo  viendo como la situación socio política planteada en ese libro publicado inicialmente en 1980 tiene,  44 años después, una vigencia aterradora frente a lo que le puede estar pasando a Colombia.

Allí se plantea que como consecuencia inevitable  de los desafueros, explotaciones y latrocinios de la alta clase burguesa colombiana terminan abriendo la brecha para que se instale en Bogotá un gobierno marxista que procede a  hacer lo mismo que realizó Castro en Cuba .

Hoy en día las circunstancias son otras pero los antecedentes y comportamientos de los burgueses  y de los contratistas enriquecidos  son idénticos, tratando de satisfacer al gobernante que poco a poco los va llevando al abismo.

La ceguera de los ricos de mi novela frente al avance socialista es quizás mayor ahora.

No hay forma de que  ni los oligarcas protegidos con sus depósitos en el exterior ,ni la sufrida clase media tratando de  salvar sus ahorros , entiendan que la manía liquidacioncita del gobernante nos lleva a la  destrucción de lo que tenemos en Colombia para implantar un dizque  nuevo orden.

Hemos sido testigos de como se ha arremetido, con verdades o mentiras, con exageraciones o con solo perversidad, contra las EPS, contra Ecopetrol, contra el sistema de salud del magisterio, contra los policías y el ejército.

Contra el proceso de paz, contra la JEP, contra las rutas de 4 G,  contra la Federación de Cafeteros, contra la Constitución y quizás hasta  contra los alzados en armas que no comulgan con sus hostias leninistas envenenadas.

Es el liquidacionismo  dañino. Pero, hay que decirlo también, no ha avanzado porque  no es persistente y como prefiere el gozo de ver a los ciudadanos asustados  que al de trabajar, finalmente no parece ser capaz de sacar nada adelante. Apenas es un antojo