Agua de los oceanos cada día ocupa mayor territorio en el planeta.
Gerney Ríos González
Profetas de desastres y científicos basados en profundos estudios sobre el comportamiento del Planeta Tierra, nuestro hábitat universal, pronostican la desaparición de miles de islas y ciudades costaneras para el año 2050 y la hecatombe lleva ya sus largos lustros preparándose, gracias a la insensatez del hombre en busca de felicidad y comodidades para su sobrevivencia.
De hecho, muchas islas ya desaparecieron devoradas por los siete mares utilizados para describir regiones de los cinco océanos: el Ártico, el Atlántico Norte, el Atlántico Sur, el Pacífico Norte, el Pacífico Sur, el Índico y el Océano Austral de acuerdo a las distintas regiones del mundo que cubren los bordes de expansión de los mapas del explorador y las cartas náuticas.
Los antiguos griegos usaron el término de los siete mares para cubrir las aguas de los mares Egeo, Adriático, Mediterráneo, Negro, Rojo y Caspio con el Golfo Pérsico; y posteriormente fue aplicada por la literatura europea medieval para describir los mares Norte, Báltico, Mediterráneo, Negro, Rojo y el Mar árabe, igualmente el Océano Atlántico. Lo cierto, hoy los mares forman parte de los océanos, que son mares de gran extensión separadores e integradores de dos o más continentes.
Los grandes y dilatados mares que cubren la mayor parte de la superficie terrestre año tras año, aumentan su volumen y absorben espacios, ya no en centímetros sino en metros, producto del calentamiento global y el deshielo de los casquetes polares, millones y millones de litros de agua que inundan lenta e inexorablemente las costas de los continentes.
En el entorno cercano de Colombia, se señala la isla Gardi Sugdub del Caribe panameño, distante del Puerto de Colón, cien kilómetros al este, que según mediciones antiguas calculaban que tenía 305 metros de largo por 137 de ancho, pues el mar avanza sobre el suelo isleño que por 222 años ha tenido una población de unas 600 familias que viven de la pesca, trueque de mercancías y artesanías.
Lo dramático estriba en un plan del gobierno panameño que ha estructurado en tierra firme un poblado y unas 300 familias aceptaron su traslado ante la inminente realidad que el mar devorará ese lugar. Se reveló que por lo menos unas 60 agrupaciones nativas, habitantes de archipiélagos e islotes en el Caribe y Pacífico de esa nación, están en la lista de los «traslados». De esos territorios apenas si sobresalen un metro 50 centímetros del nivel del mar. El clima del océano afecta la pesca, el mar se agranda, las olas se encrespan con furia, los huracanes son amenazas latentes.
Colombia posee áreas marítimas que alcanzan 928.660 kilómetros cuadrados en los mares Caribe y Pacífico, sin incluir los correspondientes a espacios en el océano Antártico, por aquello de la «teoría de la defrontación», sumados los 2.900 kilómetros de costas, le corresponderá cierto grado de la gran tragedia que protagonizará el líquido de los océanos, índico, Caribe-Atlántico y Pacífico, zonas donde el fenómeno golpea a comunidades de países con recursos económicos disminuidos.
Mares ascendentes
Los estudiosos observadores del comportamiento del clima en la Tierra, vaticinan que hacia la mitad de este siglo la temperatura aumentará en grados inesperados; a la vez, los mares subirán 60 centímetros y posiblemente 1.8 metros en 2050. Seria pues el desastre para miles de islas pobladas y ciudades costaneras. Se habla de Nueva York, se menciona a Miami, se pronostica que Cartagena estaría anegada en más de un 60 por ciento de su territorio.
Groenlandia con 2 millones 522 kilómetros cuadrados es la isla más grande del mundo después de la isla continente de Australia. 2 millones 106 kilómetros cuadrados, el 80 por ciento de su territorio está cubierto de hielo, constituyéndose en la segunda reserva del planeta Tierra, por detrás de la existente en la Antártida. El deshielo en Groenlandia está creciendo producto de la «locura» del clima mundial. Esas aguas aumentan el nivel de los océanos, pero, además, el líquido sube por el cambio climático hasta el 2024 irreversible; el calor influye en el agua y produce marejadas y huracanes.
En la Florida, el Estado ubicado más al sureste de los Estados Unidos, con el océano Atlántico a un lado y el golfo de México al otro, con cientos de millas de playas, las autoridades aportaron 2.700 millones de dólares para frenar el venidero desastre; sin embargo, otras regiones del orbe no tienen los recursos para estas prevenciones.
El caso de la ciudad de Ayetoro, en el Estado de Ondo, al suroeste de Nigeria, fundada en 1947 por misioneros apostólicos, rotulada la «ciudad feliz», el mar se la está tragando al igual que otras poblaciones en la Costa Oeste en África Central que limitan con el Océano Atlántico. La República Federal de Nigeria con 220 millones de habitantes, extensión de 923 mil kilómetros cuadrados de tierra y 13 mil kilómetros cuadrados de agua, se caracteriza por la corrupción rampante. Ayetoro es sinónimo de ruinas, los edificios los devoró el mar y el lugar se hunde. Para retar el fenómeno, Nigeria necesitará 10 mil millones de dólares según el Banco Mundial. Los manglares fueron arrasados y la erosión se sumó al grave problema; el delta del río Níger tiene su parte allí.
El golfo de Fonseca, una bahía en el litoral Pacífico de América Central, conformado por las costas de El Salvador, Honduras y Nicaragua, sufre el problema, la avalancha del mar inatajable. A la salida, muchos pescadores perdieron sus rústicas viviendas. En Cedeño, los hondureños observan el aumento de las aguas, atónitos; por lo menos 50 mil hogareños ven cómo hoteles, viviendas, negocios, comercios, escuelas serán devoradas por las fauces del mar; las playas ya casi inexistentes.
Los colombianos también «llevaremos del bulto»: Playas y zonas bajas del archipiélago de San Andrés y Providencia están en peligro. Santa Catalina, Roncador y Quitasueño, Serrana y Serranilla, sufren los rigores del mar y el clima. San Andrés para mitad del siglo XXI habrá perdido el 20 por cientos de su territorio.
Islas Maldivas, un país tropical en el océano Índico que abarca 26 atolones con forma de anillos, compuesto de 1.111 islas de coral, sufren también. Tuvalú, islas Salomón, Kale, Rapita, Kakatina, entre otras, ya desaparecieron en las aguas del Océano Atlántico. ¿Qué espera a la Humanidad?
El océano Pacífico es el más grande y profundo de la Tierra. Abarca más de 155 millones de kilómetros cuadrados desde la costa oeste de América hasta la costa este de Asía, y tiene una profundidad media de más de 4000 metros, superando los 10 000 metros en la Fosa de las Marianas (el punto más profundo del planeta).