Raphael sigue siendo el más grande de la balada. No hay duda.
Miguel Rafael Martos Sánchez, conocido en el mundo como Raphael, el niño de Linares, nació el 5 de mayo de 1943 y sigue en el escenario, cantando y deleitando a millares de seguidores.
Su historia discográfica es impresionante, como lo atestiguan sus 326 discos de Oro, 49 de Platino, y el único de Uranio entregado a un cantante de habla hispana en el mundo por ventas de más de 50 millones de copias. Ha grabado más de 50 discos de larga duración en español, así como otros en italiano, francés, alemán, inglés y japonés.
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Todo en su vida han sido records. Mostró sus cualidades desde los 8 años y los escenarios comenzaron a buscarlos. Viajaba en su juventud a Francia con un solo objetivo: ver a la majestuosa Edith Piaff, el gorrión de París.
En sus conciertos, de más de dos horas, entona algunos de sus éxitos como «Yo no tengo a nadie», «Poco a poco», «Al ponerse el sol», «Yo soy aquel», «Hablemos del amor», «Mi gran noche», «Cierro mis ojos», «La Sandunga», «La Llorona», «Digan lo que digan», «Tema de amor», «Estar enamorado» y «Los amantes», entre otros.
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Colombia le ha dejado gratas experiencias. La primera vez que visitó al país, miles de jóvenes salieron a su encuentro al aeropuerto Eldorado y debió subirse a un carro de bomberos. Con pañuelos lo saludaban en su recorrido hasta el hotel Tequendama.
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Tuvo dos empresarios: Enrique Quintero y Armín Torres. Se preocupaba de cada detalle, del sonido, de las luces, de las boletas y hasta de los avisos de la calle. En el Volkswagen del fotógrafo Jorge Enrique Bautista recogía la publicidad y estaba pendiente de cómo quedaban pegados en las paredes. Medía hasta el engrudo con que se pegaban avisos como: «RAPHAEL EN EL HOTEL TEQUENDAMA» o «RAPHAEL EN EL TEATRO JORGE ELIÉCER GAITÁN».
Podía ser la una de la mañana, pero él esperaba a que los encargados de la tarea, dejaran empapelada la ciudad.
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Siempre viste de negro en el escenario. En su maleta, por lo tanto, cargaba unas cuántas camisas, un pantalón y un saco que estaba lleno de puntadas y remiendos. Viaja con lo indispensable.
Raphael ha paseado sus canciones por los más importantes escenarios del mundo: el Carnegie Hall, Radio City Music Hall y Madison Square Garden de Nueva York, el Kennedy Center de Washington D.C., el Palladium y el Talk of the Town de Londres, el Shrine Auditorium, Greek Theater y Universal Amphitheater de Los Ángeles, el Olympia de París, el Bellas Artes de México, el Opera House de Sydney, el Teatro de la Ópera de Buenos Aires, el Teresa Carreño de Caracas, el Bellas Artes de Puerto Rico, el Teatro Opera de Tokio, el Rossia de Moscú, el Oktyabrskaya de San Petersburgo, el Festival de Viña del Mar en Chile, el Festival de Baden-Baden en Alemania…