El Porce
Al presidente Petro se le volvió a aparecer en su macrocósmica imaginación el fantasma del golpe de estado.
En un mensaje de tuiter este fin de semana, el presidente argumentó una vez más que de un plumazo pretenden darle un golpe a la colombiana, tanto los magistrados del Consejo Nacional Electoral como los representantes de la comisión de Acusaciones de la Cámara, cuando se emita el fallo sobre el tope legal en su campaña electoral.
Creo empero que el presidente exagera en su manía de victimizarse y que está tendiendo las sábanas sin haber adquirido primero la cama.
El presidente puede argumentar con sus abogados defensores y los del señor Roa ante el CNE, todos los descargos y explicaciones que la Constitución y la ley permiten en esos casos. Y si ello no desbarata las evidencias de haberse sobrepasado el tope, esa misma entidad deberá presentar legalmente ante la Cámara o ante el Consejo de Estado copias de su fallo para que de acuerdo a su leal saber y entender procedan a abrir o desechar el asunto.
Y ,en especial, el presidente olvida que el fuero presidencial le salvaguarda de una suspensión en el ejercicio de su cargo, como algún loquito uribista anda pregonando y que a la hora de llegar a ser acusado ante el plenario de la Cámara él, como poderoso señor del presupuesto, tiene en sus manos los contratos que debilitan voluntades de cualquiera de los congresistas y, mucho más, en vísperas electorales.
Y, que de ser el caso, se repetiría lo sucedido con la acusación contra Samper. Volver entonces a ver el fantasma lleva a pensar nuevamente en lo que ya había yo explicado en el sentido de que ese afán de victimización del presidente lo que oculta son las ganas de darse un autogolpe.
Igual a como lo hizo en el siglo 19 el General Melo, a quien tanto mienta y pretende imitar.
El presidente debería bajar el tono de sus temores y defenderse con la Constitución y las leyes en la mano, no asustando con una crisis institucional.