El Porce
Viendo en televisión el fervor conque los partidarios del gobierno Petro salen a marchar para demostrarle su apoyo, entendí por qué la derecha no es capaz de eslabonar un sólido frente para oponerse al gobernante.
Entre los partidarios de Petro hay más que convicción, hay pasión enceguecedora por defender los cambios prometidos y un convencimiento pleno, de que no se han podido lograr porque la vieja oligarquía que ha administrado este país por siglos no lo permite .
Son esas masas convencidas que el enemigo no es el hambre y que no importa el daño que causa el desorden si la burguesía es derrotada.
Mientras la derecha insiste en volver caballitos de batalla los chismes bogotanos contra Petro, la izquierda aglutina la defensa de las promesas de cambio ,confundiendo con habilidad algorítmica la responsabilidad en lo que soportamos.
Bien pudieran los diestros enfrentar a los zurdos mostrando todo lo que tenemos hoy día comparándolo con lo que otros países no han alcanzado a tener o, poniéndose fatalistas, lo que pudiera suceder si perdemos lo que tenemos.
Pero desde esa caverna muelle donde se refugian los que defienden el orden y la conservación de lo que nos sirve, nunca sale un documental agresivo probablemente porque todos los que los hacen o podían financiarlo están ocupados en encontrar nuevos contratos, o en plegarse al régimen para sacarle provecho mientras puedan.
El problema empero se agrava porque las demostraciones de ineptitud del gobierno de izquierda como son presentadas como parte de la campaña de los oligarcas para desprestigiar a Petro, nadie las valora en su justa medida.
Y cuando aparecen los robagallinas que sirven de alfiles al gobernante para administrar el estado,los confesos partidarios del presidente exhiben los gigantescos robos que en su garosidad permitieron los oligarcas en los anteriores gobiernos.
Vamos de culos pedaleados por el odio y la paranoia de los gobernantes y acelerados por la avidez de la derecha burguesa de conseguir otro negocito más .