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Gerney Ríos González: ENSEÑÓ «AL CIELO SU OBRA ACABADA»

Gerney  Ríos González

 

 

 

 

Lázaro David Najarro Pujol
Cuba
GERNEY RÍOS GONZÁLEZ, el escritor, comunicador, catedrático, internacionalista, promotor de una Educación Solidaria y embajador de buena voluntad inició este lunes un viaje a la eternidad, a los 79 años de edad dejando «… su libro escrito, su arado reluciente, la espiga que segó, el árbol que sembró la espiga que segó» y el legado emperecedor.
La noticia de su partida física nos llegó con dolor, entristeció sus familiares, amigos y a todos los que lo conocimos. Una persona grande, considerada en su patria como Soldado de la Educación.
No obstante a su grandeza, siempre fue una persona sencilla y sencible ante el dolor humano. Estimuló a muchos colombianos a la superación cultural y profesional. Lo conocí a pocas horas de.mi llegada a Bogotá.
El periodista y director  de  Primicia Diario, el colega Víctor Hugo Lucero me lo presentó en la capital de Colombia en el mes de junio de 2013. Entre los tres organizamos un grupo de conferencias referidas a la preservación del patrimonio natural y arquitectónico, la comunicación y el papel de la radio comunitaria.
 Inmediatamente iniciamos el itinerario hacia Tolima (Capital Musical de Colombia), una madrugada muy fría. Conducía su auto, mientras me describía las bellezas e historia de cada uno de los sitios comprendido en el recorrido hacia el departamento de Tolima.
El objetivo era intercambiar con varios grupos de estudiantes incorporados a disimiles diplomados.
Eran las tres de la madrugada. Un periplo por carreteras peligrosas. Me describía con pasión el patrimonio de los municipios de La Vega y Guaduas, al noroccidente del departamento de Cundinamarca.
Me contó que en su juventud le fascinaba las Carreras de automovibilistica, mientras que transitabamos por un tramo dominado por caravanas de rastras que transportan combustibles y mercancías hacia la capital o viceversa.
Me llamó la.atencion las habilidades como conductor de Gerney Ríos, hombre amable y con sentido del humor.
Llegamos a la comunidad de Honda (ubicada al norte del departamento de Tolima y en el centro de Colombia), una ciudad con bella arquitectura.
« Verdadera huella histórica de América Latina y cuna de Alfonso López Pumarejo, considerado uno de los mejores presidentes de la nación» , me explicó.
Me dijo que Honda (en medio de la Cordillera Central y la Cordillera Oriental en el Valle del Río Magdalena), «debe su nombre a uno de los asentamientos indígenas ubicado a la ribera de esa afluente conformado por los aborígenes Ondaimas, que junto a los Gualies ocupaban la región».
Me mostraba con orgullo los ríos de Honda: «Aquí tenemos uno de los mas grandes ríos de Colombia: confluyen el Gualí y el Sabandij ».
Me quedaba anonadado con las descripciones ofrecida por Gerney. En la hermosa comunidad conocida también como Ciudad de los Puentes, lo recibieron con admiración alrededor de un centenar de personas, con quienes intercambiamos sobre Gerencia de proyectos empresariales, la Gestión ambiental y la Radio Comunitaria.
Gerney les habló entorno al beisbol en Cuba, considerándolo como el mejor del mundo. Se preguntaba: ¿Colombia puede hacer lo mismo que la isla caribeña?
 Gerney Ríos González hizo mucho por la enseñanza gratuita para todos sus compatriotas a través del proyecto Educación Solidaria, bajo la premisa que la mejor inversión de una nación es la Educación.
Hasta su último suspiro apoyó la iniciativa a la que le dedicó casi tres décadas (octubre de 2024).
Me ilustró que hasta junio de 2013 más de 100 mil colombianos finalizaron Diplomados en temas tan importantes como La alta gerencia, La gerencia del talento humano, Liderazgo empresarial, Programación neurolingüística e inteligencia y Gerencia del Servicio y mercadeo, al igual que sobre Globalización, Gerencia financiera, Contabilidad financiera, Derechos humanos, Gestión ambiental y Desarrollo comunitario, entre otras.
Era muy conversador. Tenía la virtud de saber escuchar. Dedicó parte de sus recursos a potenciar talentos en su país.
Me confesó, no con sentido crítico sino con orgullo, que no recibía apoyo ni de entidades publicas ni privadas, sino por motivación, convicción y la satisfacción de que las personas se superaran.
El periplo fue muy amplio. Gerney no mostraba agotamiento a pesar de el largo recorrido y casi 16 horas sin descansar. Le aclamaron en la comunidad de San Sebastián de Mariquita (con un marcado vestigio de arquitectura colonial).
Me confirma que el terruño fue capital de Colombia y cuna de José León Armero, nombrado presidente de la nueva República hasta el 1815.
— Te voy a mostrar un sitio que me causa mucho dolor — me adelantó luego del encuentro en el municipio de Armero- Guayabal, donde se programó el tercer encuentro.
Gerney impugnó que por desidia y por la falta de solidaridad en el gobierno de Belisario Betancourt, la fatídica noche del 13 de noviembre de 1985 desaparecieron 25 mil personas y dijo que entre las victimas 70 eran familiares de él.
Es conocida como la ciudad fantasma del departamento de Tolima, tras la erupción del Nevado del Ruiz que desencadenó la gran tragedia. Allí están las ruinas de las casas que no quedaron sepultadas por el lodo.
Mientras avanzábamos hacia Girardot apreciamos en toda la región 14 ríos que bajan de las montañas y desembocan en el Magdalena que atraviesa de sur a norte el departamento de Tolima.
La Universidad Piloto de Girardot fue nuestro el cuarto encuentro.  
Cuando recibí la noticia del fallecimiento de GERNEY RÍOS GONZÁLEZ no lo quería creer, partía un hombre con mucho deseos de hacer. Compartí con este profesional de la comunicación solo dos semanas, tiempo suficiente para percibir su humildad y grandeza. Ahora comprendo con más claridad lo expresado por José Martí:
«La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida; truécase en polvo el cráneo pensador; pero viven perpetuamente y fructifican los pensamientos que en él se elaboraron»
Gerney, palapraseando al apóstol, murió pero antes enseñó «al cielo su obra acabada, su libro escrito, su arado reluciente, la espiga que segó, el árbol que sembró: ¡triste el que muere sin haber hecho obra!»

Gerney Ríos en su habitual labor: Llevar los conocimientos a los colombianos

                 Gerney Ríos González (Q.E.P.D.)