Noticias, TOP

Desde Bogotá, un Llamado a la Libertad: PETRO Y EL LEGADO PARTISANO EN ITALIA

El presidente de Colombia, Gustavo Petro y el Papa Francisco durante uno de los encuentros.

 En una carta  cargada de referencias históricas y un llamado a la memoria revolucionaria, el presidente colombiano, Gustavo Petro, conmemoró el 25 de abril, día de la liberación de Italia, estableciendo un puente simbólico entre la lucha partisana contra el fascismo y los desafíos contemporáneos que enfrenta la humanidad.

«Hoy es 25 de abril, otra revolución de abril, día de la liberación de Italia con ayuda armada del pueblo italiano: los partisanos de la Libertad: católicos, socialistas, anarquistas y comunistas unidos, que acabaron con el fascismo de Mussolini y Hitler», expresó Petro, reivindicando el papel de la resistencia italiana en la derrota del nazifascismo.

Desde Bogotá, el mandatario lamentó la falta de invitación por parte del gobierno italiano, al que calificó de «derechas», contrastándola con las múltiples invitaciones del Papa Francisco. Petro aprovechó para evocar la memoria de los italianos fallecidos durante la pandemia en el Hospital Santa Maria Nuova de Florencia, y criticó la intención de «dinamitar» el Hospital San Juan de Dios en Bogotá, comparando la actitud con la incomprensión de la prensa.

El discurso de Petro se convirtió en un homenaje a figuras clave del pensamiento revolucionario italiano, como Antonio Gramsci y Antonio Negri, y a los partisanos que lucharon en las montañas de Toscana. El presidente compartió su experiencia en un cementerio donde yacen miles de soldados estadounidenses, blancos, negros, judíos y cristianos, unidos en su lucha contra Hitler, y expresó su deseo de que sus descendientes comprendan el mensaje de libertad y cesen los bombardeos en Gaza y Palestina.

Dirigiéndose a la juventud italiana, Petro les instó a no dejarse seducir por las «camisas negras» y a unirse en canto con los jóvenes latinoamericanos, compartiendo la «pasión latina de los romanos». Reconoció la «vendetta» presente en el corazón latinoamericano, pero abogó por controlarla con amor y belleza, evocando la música de Nino Rota y el «Ad Astra» romano.

El presidente compartió un vínculo personal con Italia, mencionando ancestros latinos de una aldea cercana a Milán y la reciente despedida a un amigo, descendiente de latinos. Extendió sus palabras al Papa Francisco, a quien acompañó simbólicamente en su duelo, reafirmando su militancia en el «ejército humano de la vida» y su compromiso con la lucha contra la codicia, la injusticia y la destrucción del planeta.

Petro criticó la «ceguera» de los europeos, que a su juicio, vendieron la libertad y se entregaron a los «camisas negras», enterrando la «Bella Ciao». Sin embargo, vislumbró la esperanza de un nuevo renacimiento liderado por la juventud italiana, en unión con los jóvenes latinoamericanos y del mundo.

El presidente concluyó su discurso con una visión poética de su posible muerte en Sicilia, rodeado de belleza y evocando la sabiduría de Arquímedes. Dejó como legado la «Bella Ciao» y las banderas de la Brigada Garibaldi, junto con la música de Nino Rota y «Brucia la Terra», canciones que lo acompañan en su lucha por la libertad y la vida.