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Crónica de Gardeázabal: LA INDIAMENTA DE LA NACIONAL

En Bogotá tanto al alcalde Galán como algunos habitantes que siguen mirando a los indios como los miraban los españoles cuando llegaron a la sabana en 1536.

Gustavo Álvarez Gardeazábal

El Porce

Si nos atenemos al uso despectivo de la palabra indiamenta que el presidente Petro usó para clasificar a los socios oligarcas del dediparado club El Nogal, tendríamos que considerar otra vez más como contradictorio al primer mandatario.

Salvo que haya caído de nuevo en uso inapropiado del lenguaje, queda difícil admitir que el presidente de los colombianos ,quien convoca a los indígenas de todo el país a que acudan a Bogotá a apoyarle su manifestación del 1 de mayo, use por redes sociales un insulto o expresión tan despectiva como  indiamenta, renovando el considerando racista que heredamos de la colonia española para calificar a los pueblos indígenas que  aquellos ibéricos arrasaron con la cruz y con la espada.

Por supuesto ,el presidente, como vigente ciudadano italiano, no va a corregir y menos cuando una mayúscula representación indígena ha estado llegando en sus chivas multicolores y en sus toldos y camionetas de nuevos ricos a instalarse en los campos de la Universidad Nacional.

Y no lo hace porque para su ideología leninista la repetición de la toma de los espacios universitarios , que ya se ha hecho  en Cali varias veces, abofetea en Bogotá tanto al alcalde Galán como a millones de habitantes que siguen mirando a los indios como los miraban los españoles cuando llegaron a la sabana en 1536.

Y como la sensación de desorden que dan las mingas cuando se asoman  en los territorios blancos es contagiosa, así siga siendo  en el fondo una indiamenta para el presidente , le satisface sus expectativas de usar el pánico como instrumento electoral.

Mientras tanto sus opositores insisten en creer que Petro es derrotable con cualquier candidato porque ellos continúan jugando a las muñecas y no amplificando para combatir de verdad el peligro del caos que a toda costa el presidente  quiere  convertir en herramienta política.