Diomedes Díaz, «El Cacique de La Junta»
Guillermo Romero Salamanca
«Un 26, del mes de mayo, nació un niñito en el año 57 y allá en La Junta, fue bautizado y hoy se conoce con el nombre de Diomedes», reza la letra de «26 de mayo», la canción autobiográfica que el propio Diomedes Díaz escribió. Hoy, años después de su muerte, «El Cacique de La Junta» sigue siendo un fenómeno de recordación, con miles de fanáticos que mantienen viva su leyenda.
Fue el mayor vendedor de discos para CBS y luego para Sony Music, consolidándose como un ídolo indiscutible en la Costa Atlántica y en Valledupar. Su figura trasciende lo musical; mientras estuvo vivo, sus seguidores le encendían velas a sus imágenes, y ahora, visitan su tumba como un santuario.
El genio estrambótico y enigmático
Diomedes era una personalidad única: estrambótico, voluntarioso, complejo y enigmático. No era raro verlo con pequeños diamantes incrustados en sus dientes, usando calzoncillos nuevos cada día, o incumpliendo citas para conciertos y abandonando estudios de grabación. Su séquito incluía un sinfín de escoltas y personajes que facilitaban sus caprichos.
Grabar para televisión era una verdadera odisea. Frecuentemente, dejaba a los equipos plantados, mostrando una despreocupación por la seriedad y el compromiso. Se estima que dejó más de 25 hijos, quienes hoy disfrutan de su herencia. Sus regalías a menudo terminaban en compras impulsivas como chivos para los indígenas en la Sierra Nevada, o repartidas entre sus múltiples relaciones y descendientes, dejándolo sin un solo peso al día siguiente.
Su excentricidad ponía a prueba la paciencia de sus colaboradores. Nicolás «Colacho» Mendoza, el serio y legendario rey vallenato que fue su compañero de acordeón por años, sufrió en carne propia sus particularidades.
De las calles a la cumbre: La difícil ascensión del Cacique
Diomedes creció en el monte, cargando cantinas y cantando en las calles. Su llegada a Valledupar, con el sueño de darse a conocer, lo llevó a ser mensajero en Radio Guatapurí. A pesar de no saber montar en bicicleta, un requisito para el puesto, se las arregló para ser aceptado.
En las tradicionales parrandas vallenatas, donde los artistas presentan sus nuevas composiciones, Diomedes a menudo era relegado y no se le permitía cantar. Sin embargo, su talento era innegable. Tras un breve paso por Codiscos, de donde pidió su carta de libertad, llegó a CBS, la disquera que lo catapultaría al estrellato.
Con el Mundial de Fútbol de 1982 como telón de fondo, CBS lanzó un comercial con el tema «Todo es para ti», que se convirtió en un suceso musical y lo dio a conocer en Colombia y Venezuela. Diomedes era un éxito rotundo, aunque figuras de la época, como Jorge Oñate, no dudaban en expresar su envidia, afirmando que «ese muchacho no cantaba nada».
El «No Vienes Díaz» y su legado intacto
Diomedes conquistó el estrellato, siendo requerido por todas las emisoras. Su éxito impulsó el nacimiento de cadenas como «La Vallenata» y cada año se esperaba con ansias su nueva producción. El problema era la incertidumbre de cuándo llegaría. Podía empezar a grabar en Bogotá y, de repente, desaparecer por quince días siguiendo una nueva conquista, dejando a los estudios en espera.
Cuadrar una rueda de prensa con él era casi imposible; la inasistencia era una posibilidad latente. Lo mismo ocurría con los empresarios de conciertos, lo que le valió el apodo de «No Vienes Díaz». Sus ausencias solían terminar en trifulcas entre seguidores frustrados que destrozaban instalaciones y se enfrentaban a la policía. Famosa es la anécdota de Nacho Sánchez en Zipaquirá, donde Diomedes hizo que una camioneta Trooper negra entrara hasta la tarima, rompiendo una puerta, para complacer a sus fanáticos que solo compraban boleta al verlo llegar.
Era un gran seleccionador de canciones, y los compositores que lograban que Diomedes grabara sus temas sentían que se habían ganado la lotería. Su fe también era particular; le compuso a la Virgen del Carmen y llegó a pagar un pasaje de avión para llevar una imagen de metro y medio en el asiento contiguo.
Los ejecutivos de Sony, conscientes de su ego y su cumpleaños el 26 de mayo, lograron que Diomedes lanzara un nuevo disco casi siempre para esa fecha. Sus fanáticos en Valledupar y la Costa dormían a las puertas de las discotiendas esperando «primicia», para luego recorrer la ciudad en camionetas con potentes equipos de sonido, exhibiendo orgullosos su nueva adquisición.
Hoy, con el auge de las redes sociales, miles de videos y anécdotas de Diomedes se vuelven virales, confirmando lo que su fanaticada pregona: Diomedes Díaz sigue siendo un cacique y, cada día, canta mejor.
Diomedes creció en el monte, cargando cantinas y cantando en las calles. Su llegada a Valledupar, con el sueño de darse a conocer, lo llevó a ser mensajero en Radio Guatapurí.