La violenta arremetida en Tuluá, con quema de vehículos y toque de queda, se atribuye a la inminente extradición a EE.UU. de Andrés Felipe Marín Silva, alias «Pipe Tuluá», cabecilla de la banda criminal «La Inmaculada».
Tuluá, Valle del Cauca
El miedo y la zozobra se apoderaron nuevamente de Tuluá en la tarde de este miércoles, 4 de junio, tras una serie de actos de vandalismo que incluyeron la explosión de vehículos en diversos puntos del municipio. La escalada de violencia forzó a la Alcaldía local a decretar un toque de queda que comenzó a regir a las 6:00 p.m. de ayer y se extenderá hasta las 5:00 a.m. hoy jueves, 5 de junio.
La drástica medida busca salvaguardar la vida e integridad de los habitantes de Tuluá, conocido como el «corazón del Valle del Cauca», ante la grave situación de orden público que atraviesa la ciudad. Las explosiones generaron caos y pánico, sumiendo a la población en una incertidumbre sobre la autoría y los motivos detrás de estos ataques que alteran la tranquilidad del municipio. Las autoridades locales esperan que el toque de queda contribuya a restablecer el control y la calma en las próximas horas.
La violenta arremetida en Tuluá, con quema de vehículos y toque de queda, se atribuye a la inminente extradición a EE.UU. de Andrés Felipe Marín Silva, alias «Pipe Tuluá», cabecilla de la banda criminal «La Inmaculada». La Alcaldía impuso medidas drásticas como prohibición de venta de combustible en recipientes y restricción de gasolina a motos, además del toque de queda y cierre de vías claves. El alcalde ha denunciado amenazas constantes de «Pipe Tuluá», cuya banda mantiene la ciudad en vilo con extorsiones y homicidios.
