El Presidente de Colombia, denunció que en Gaza opera una «red de humillación» en lugar de un canal humanitario, negando acceso seguro a la ayuda y expulsando organismos como UNRWA. Se impone una «supuesta agencia ‘humanitaria’» subordinada a intereses militares, que distorsiona el derecho internacional y sirve a la ocupación.
Rafael Camargo Vásquez
Bogotá, Colombia
En un comunicado de profunda indignación y llamado a la acción global, el presidente Gustavo Petro alzó su voz para denunciar la «manipulación de la ayuda humanitaria en Gaza», calificándola de instrumento de control, propaganda y exterminio. Desde Colombia, el mandatario hizo un llamado vehemente a las naciones del mundo para organizar una respuesta humanitaria urgente y verdaderamente neutral.
«Lo que se ha instaurado no es un canal humanitario, sino una red de humillación», sentenció el Presidente. Su comunicado detalla cómo se niega el acceso libre y seguro a la ayuda internacional, se impide la entrada de trabajadores humanitarios independientes y se expulsa a organismos clave como la UNRWA, pilares en el auxilio a millones de refugiados. En su lugar, según Petro, se promueve una «supuesta agencia ‘humanitaria’ subordinada a intereses militares, que falsea la neutralidad, distorsiona el derecho internacional y actúa más como apéndice de la ocupación que como socorro».
El Presidente enfatizó que las cifras, por sí solas, no logran expresar el horror: «los cuerpos esparcidos alrededor de camiones de ayuda, las manos vacías de niños esperando alimentos que nunca llegan, la desesperación de madres viendo morir a sus hijos por desnutrición o enfermedades prevenibles». Subrayó que la distribución de la ayuda se ha contaminado con «violencia, opiáceos, restricciones arbitrarias y asesinatos selectivos de quienes simplemente esperaban un poco de agua o una bolsa de arroz».
«No puede hablarse de asistencia humanitaria cuando el acceso depende del capricho del poder que asedia. No puede hablarse de humanidad cuando se asesina a quienes llevan, piden o reparten pan. No puede hablarse de neutralidad cuando los corredores humanitarios son definidos por quienes lanzan las bombas», afirmó Petro, destacando la contradicción inherente en la situación.
Desde su gobierno, el mandatario insistió en que esta denuncia no es un cálculo político, sino una convicción arraigada en la creencia de un orden internacional basado en la dignidad y no en la sumisión. Concluyó con una invitación apremiante: «Invito a las naciones del mundo a organizar, sin dilaciones ni eufemismos, una respuesta humanitaria global, verdaderamente neutral, bajo mandato internacional y ajena a los intereses del ocupante. Una operación masiva que asegure alimentos, agua, medicinas y protección, no bajo vigilancia militar, sino bajo el principio sagrado del auxilio a la vida». El presidente Petro cerró su mensaje con una advertencia contundente: «La humanidad será juzgada por su silencio frente a Gaza. Callar hoy es normalizar lo inaceptable. Permitirlo es volverse cómplice. La neutralidad ante el crimen no es neutralidad: es consentimiento».