Álvaro Leyva, de 83 años, engañó a la oposición y a los medios que difundieron sus acusaciones de que el presidente Petro era drogadicto y borracho. Él mismo se retractó al reconocer que carecía de pruebas.
Leyva puso a la oposición a «jurar» sobre la drogadicción y el alcoholismo del presidente Petro, para finalmente desmentir su versión en la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes. Hoy guardan silencio.
Javier Sánchez
Primicia Diario
El ex canciller Álvaro Leyva Durán, de 83 años, marcó un punto de inflexión en una de las controversias políticas más sonadas de los últimos meses al retractarse, bajo juramento, de las acusaciones que había proferido contra el presidente Gustavo Petro. En una declaración ante la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes, Leyva desmintió las afirmaciones de sus tres cartas públicas en las que acusó al mandatario de ser un «drogadicto».
Fuentes de la Comisión de Acusaciones, que pidieron la reserva de su identidad, confirmaron a este medio los detalles de la declaración. Leyva reconoció no tener pruebas que respalden sus señalamientos. «Jamás vi al Presidente consumir drogas ni tampoco lo vi drogado. Únicamente lo he visto tomar licor en reuniones sociales y carezco de pruebas y testigos idóneos para sostener que lo hubiera visto borracho», manifestó el ex diplomático.
El Origen de la Investigación
La Comisión de Acusaciones inició una investigación preliminar contra el presidente Petro basándose precisamente en las cartas públicas del ex canciller. En su declaración, Leyva no pudo explicar por qué optó por hacer denuncias públicas en lugar de acudir a las instancias judiciales correspondientes. El excanciller se limitó a señalar que sus comentarios y ataques eran una recopilación de información de distintos medios de la oposición, sin ningún tipo de comprobación.
Frente a la falta de pruebas, la defensa del presidente Petro solicitó formalmente el cierre del caso por «falta absoluta de elementos probatorios legítimos». La postura de la defensa se vio reforzada por el propio Leyva, quien, si bien dijo tener en su poder la historia clínica del presidente, se negó a explicar cómo la obtuvo y no la aportó como prueba, aunque sí amenazó con hacerla pública en una futura carta.
El Caso de los Pasaportes
La controversia entre Petro y Leyva se agudizó tras la salida del ex canciller de la cartera de Relaciones Exteriores. En su momento, la Procuraduría lo suspendió del cargo por presuntas irregularidades en el millonario proceso de licitación de pasaportes. Según el presidente Petro, en declaraciones a los medios, Leyva, al verse apartado del «negociado», le habría solicitado nombrar a su hijo, Jorge Leyva, como canciller, una petición que el mandatario habría rechazado. Este incidente es visto por analistas como el posible detonante del distanciamiento y de las subsecuentes cartas de Leyva.
Leyva Enfrenta a la Fiscalía
La retracción de Leyva, aunque alivia la presión política sobre el presidente, no lo exime de las consecuencias legales de sus acusaciones iniciales. Los abogados del presidente Petro elevaron una denuncia penal contra el ex canciller ante la Fiscalía General de la Nación.
Leyva será llamado en breve a una audiencia de conciliación. De no llegar a un acuerdo, se enfrentaría a un juicio penal por delitos como calumnia agravada e injuria agravada, un giro dramático para un político con una larga y prominente trayectoria en el país. El caso, que empezó en el ámbito político, ahora se dirime en los tribunales, dejando en evidencia las complejas dinámicas de poder y las tensiones dentro de la coalición de gobierno.