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Crónica de la Convención Musulmana Ahmadía: UNA TRAVESÍA POR LONDRES

Delegaciones de Canadá,Costa Rica, Colombia,Guatemala y Alemania, participantes en la Convención Mundial Musulmana, realizada en Londres Reino Unido.

 

Víctor Hugo Lucero Montenegro

Londres- Reino Unido 

Todo comenzó con un encuentro académico que se convirtió en una ventana al mundo. Allí me presentaron a Abdul Sattar Kanm, un líder del islam que ha recorrido el planeta llevando un mensaje de paz. Desde ese momento, entablamos un diálogo sobre la polarización y el odio que, lamentablemente, sumen a la humanidad en una profunda crisis. Impulsado por la necesidad de entender los pensamientos de otros líderes, Abdul me extendió una invitación a una travesía, que acepté de inmediato, pues se alineaba con mis propios compromisos periodísticos.

Desafortunadamente, Abdul no pudo unirse a nosotros en Londres debido a problemas de salud. Hoy, recuperado, continúa con su misión por el mundo. Así que, con la promesa del amanecer londinense, mi viaje despegó desde El Dorado a las 9:30 p.m. En esa misma nave, que partió de Guatemala, conocí a mis compañeros de travesía, el Emir Amir Nafees y don Ramiro Martínez. Juntos, cruzamos el Atlántico en un vuelo de diez horas. La magia del cambio horario nos hizo aterrizar a las 10 a.m. en el gigantesco aeropuerto de Heathrow, un laberinto de modernidad y movimiento.

Fuimos recibidos por los encargados de la logística del Jalsa Salana, la convención anual de la Comunidad Musulmana Ahmadía. Este evento, que congrega a cerca de 50.000 almas de todo el mundo, se convirtió en nuestro universo por los siguientes días. Nos sumergimos en un mar de rostros, idiomas y culturas, interactuando con delegaciones que nos abrieron sus puertas y sus corazones. De inmediato, floreció una empatía especial con los delegados de España, Argentina, Cabo Verde, Indonesia, Ghana y México, entre otras representaciones.

Nuestra peregrinación por la convención nos llevó a la mezquita, un oasis de serenidad donde las oraciones nos brindaron la paz anhelada. Recorrimos una exposición de libros y obras de arte, y nos dejamos seducir por la zona de alimentos, un banquete de sabores que representaba la diversidad de las naciones. Allí, en medio del bullicio, conocimos a Fernando Pinto, asesor del alcalde de Cabo Verde, quien con su sabiduría, nos habló de su cultura, sus paisajes y la curiosidad por conocer el alma de los pueblos.

También entablamos conversación con el académico, Lama Trinlé Gyamtso, que, según nos reveló, tiene varios alumnos en Colombia y hace 35 años se unió al budismo, portando orgullosamente la vestimenta de «dalái lama». Conversar con él fue adentrarnos en un universo de humildad y conocimiento que pocos conocen.

Pero la travesía no paró allí. También forjamos una amistad con Irfan Waqfeen, un lìder  indonesio, quien, a pesar de las barreras del idioma, me invitó a visitar su país. Y cómo olvidar a Attaul Hayi Bhatti, un paquistaní de profesión ingeniero residente en Londres y Alemania, con un pedazo de corazón en Colombia, (su esposa es colombiana) . Con él como guía, recorrimos los icónicos monumentos de Londres, desde el imponente Big Ben y la Torre de Londres hasta el majestuoso Palacio de Buckingham. Culminamos nuestro memorable recorrido almorzando en un reconocido restaurante paquistaní, deleitándonos con los sabores de su tierra.

Los cuatro días de la convención volaron. Antes de partir, tuvimos la oportunidad de explorar la Universidad de Surrey, un inmenso campus del conocimiento que alberga a estudiantes de todo el planeta. Disfruté de tres días adicionales para perderme en los encantos de la capital británica.

Mientras mis compañeros de viaje, el Emir Amir Nafees y don Ramiro Martínez, decidieron quedarse diez días más para descubrir el resto del Reino Unido, yo emprendí el viaje de regreso a Bogotá. Un compromiso ineludible me esperaba, pero mi mente y mi espíritu regresaron cargados de historias. Hoy, me encuentro procesando cada momento vivido, cada conversación y cada amistad forjada para plasmarlos en artículos que compartiré con mis lectores.

Fernando Pinto, delegado de Cabo Verde (África) 

Irfan Waqfeen, un lìder de Indonesia.

Una jefa de la policía de Londres encargada de la seguridad de la Convención Mundial Musulmana nos prestó y se fotografió con nosotros, luciendo prendas de su institución.