Daniel Quintero, precandidato presidencial en la Isla de Santa Rosa

Gustavo Álvarez Gardeazábal

El Porce

El cuestionado exalcalde de Medellín, Daniel Quintero, quiere a toda costa mostrarse ante la opinión pública como el berraco de Guacas.

En un gesto atrevido, bien calculado y muy provocador resolvió hacerse tomar una fotografía en la isla peruana de Santa Rosa izando la bandera de Colombia.

Con esa actitud Quintero se pone de parte del presidente Petro quien ha alegado con su tradicional espíritu camorrero que el río se corrió y que la línea divisoria pactada luego de la ridícula guerra de 1932  entre Colombia y Perú ,deja a la isla peruana en territorio colombiano.

Aparentemente para un país en donde desapareció hace rato el patriotismo, porque lo cargaron en andas  los contratos y los contratistas, esa osada proeza  debería remover sentimientos y abrirle campo en sus aspiraciones de ser el candidato escogido por el Pacto Histórico en sus elecciones primarias del 26 de octubre.

Pero como una cosa es como canta el gallo y otra muy distinta como sale corriendo la gallina, a Quintero se le olvida que no por petrista irrefrenable sus contrincantes en esa puja primaria van a dejar de preguntarle públicamente sobre la magnitud de las investigaciones y procesos que le sigue la justicia por sus quehaceres mientras fue alcalde de Medellín.

Yo creo lo contrario. Veo más bien que los vozarrones de los zurdos van a subir de tono mientras se acerca la fecha y que el espectáculo de la bandera en territorio ajeno lo puede convertir en el candidato de la próxima guerra que el país va a intentar librar y el clima político se revolverá tanto que hasta puede ayudar a que crezca el pretendido desorden nacional para que Petro pueda declarar el estado de emergencia y aplazar las elecciones.

En otras palabras Quintero, así se pretenda vestir  como héroe patriótico y esté en boca de todos los colombianos acobardados, puede estar preparando su propia destrucción.