Colombia acumulaba 127 casos y 53 muertes desde 2024, con una letalidad cercana al 40 %. Esta cifra se ha incrementado significativamente, ya que el 25 de mayo de este año la Organización Panamericana de la Salud (OPS) había reportado 97 casos y 44 fallecidos.

María Camila Zabala Merchán

El país enfrenta un semestre desafiante en materia de salud pública. La fiebre amarilla alcanza niveles no vistos en décadas, el dengue mantiene en alerta a más de la mitad del territorio, la malaria se expande en varias regiones y los virus respiratorios presionan los servicios de salud en ciudades y colegios. Ante este panorama, surge una pregunta clave: ¿cómo protegerse y cuándo acudir al médico sin caer en la automedicación?

Fiebre amarilla

Según el Instituto Nacional de Salud (INS) y el Ministerio de Salud, la fiebre amarilla es hoy la principal preocupación. A corte del 5 de agosto de 2025 (dato oficial más reciente), Colombia acumulaba 127 casos y 53 muertes desde 2024, con una letalidad cercana al 40 %. Esta cifra se ha incrementado significativamente, ya que el 25 de mayo de este año la Organización Panamericana de la Salud (OPS) había reportado 97 casos y 44 fallecidos.

El Gobierno, a través de la declaratoria de emergencia sanitaria nacional el 17 de abril de 2025, ha manifestado su preocupación, especialmente porque la enfermedad ha reaparecido en zonas donde no circulaba en décadas. Actualmente, departamentos como Tolima, Putumayo y Amazonas concentran una buena parte de los contagios.

«No es una exageración: esta enfermedad está regresando a lugares donde no se reportaba hace años. La vacuna es la medida más efectiva y una sola dosis protege de por vida», advierte Carlos Reina, docente de la Maestría en Epidemiología de Areandina. Él enfatiza en que la inmunización debe aplicarse al menos 10 días antes de viajar a zonas de riesgo.

Virus respiratorios

En ciudades como Bogotá, los virus respiratorios están en aumento, afectando principalmente a niños. En menores de dos años, predominan el SARS-CoV-2 (67,3 %) y el virus sincitial respiratorio (22 %). Para la semana epidemiológica 31 de 2025, la ciudad había registrado 1.252.741 atenciones por infección respiratoria aguda (IRA) en todos los servicios de salud, de acuerdo con SaludData.

El experto Carlos Reina hace un llamado a la prevención: «Hoy enfrentamos al mismo tiempo virus respiratorios, gastrointestinales y transmitidos por mosquitos. Automedicarse en este contexto puede ser un error costoso, incluso fatal».

Reconocer los síntomas es clave para no confundir un resfriado común con una enfermedad que requiere atención urgente. Un resfriado suele presentar congestión nasal y malestar pasajero, pero si aparecen señales como fiebre alta persistente, dolor en el pecho o dificultad para respirar, se encienden las alarmas.

«Una gripa puede manejarse con reposo en casa, pero un virus serio no. Ignorar la diferencia puede llevar a complicaciones respiratorias graves o incluso a una hospitalización», advierte el especialista, quien añade un llamado de atención sobre la automedicación: «Bajar la fiebre con medicamentos sin saber la causa es como tapar el sol con un dedo. Puede ocultar un diagnóstico de dengue o de influenza severa y retrasar el tratamiento adecuado».

Alerta por mosquitos

Aunque la incidencia nacional de dengue ha disminuido en 2025, el 59,5 % de las entidades territoriales y el 23,5 % de los municipios en riesgo están por encima de lo esperado. Departamentos como Vichada, Vaupés, Guaviare, Putumayo y Meta presentan la mayor concentración de casos, con más de 800 por cada 100.000 habitantes.

La malaria también repunta, con un acumulado de 42.367 casos en lo que va de 2025. El 93,7 % de los contagios se concentran en Chocó, Antioquia, Nariño, Córdoba, Vaupés y Risaralda.

«El mosquito no perdona. Eliminar criaderos de agua estancada, usar repelentes y mosquiteros, y vacunarse contra la fiebre amarilla son acciones que salvan vidas», explica Reina.

¿Cuándo acudir al médico sin demora?

Si la fiebre no baja después de 48 horas.

Ante dificultad para respirar o dolor en el pecho.

En caso de vómito o diarrea intensa acompañada de deshidratación.

Si los síntomas empeoran rápidamente, aun con reposo y cuidado en casa.