El psicólogo clínico en Colombia cumple una función esencial en el abordaje de la salud mental.
Paula Andrea Cañón Cifuentes; Viviana Carolina Tibaná Quintana; tutor: Hernán A. Olano Leiva
La psicología en Colombia ha experimentado una transformación significativa en las últimas décadas, consolidándose como una disciplina esencial en diversos contextos sociales. El rol del psicólogo varía según el área de intervención, pero en todos los casos enfrenta desafíos que exigen una constante actualización profesional, ética y crítica.
El psicólogo clínico en Colombia cumple una función esencial en el abordaje de la salud mental, tanto en contextos hospitalarios como comunitarios, su labor incluye la evaluación psicológica, el diagnóstico, la intervención terapéutica y la promoción del bienestar emocional (Reyes & Hernández, 2022). Sin embargo, aún persisten confusiones sobre su rol, especialmente en relación con el término «diagnóstico», que suele asociarse al ámbito médico, algunos autores proponen que se utilice el concepto de «evaluación», por ser más amplio y menos cargado de significación moral, lo que permite una comprensión más ética y técnica del trabajo clínico (Piña López, 2010). Esta distinción es clave para entender la especificidad del trabajo clínico, que se basa en una actitud investigativa, evaluativa e interactiva que permite comprender la conducta humana y los conflictos internos desde una perspectiva psicológica (Estrada & Casilimas, 2020).
Ahora bien, en Colombia, este proceso se ve influido por factores como la edad del paciente, el contexto familiar, los recursos disponibles y las características del sistema de salud. Por ejemplo, en el caso de niños y adolescentes, la evaluación clínica incluye entrevistas con los padres y puede requerir enfoques vinculares o familiares (Gómez & De Jesus, 2022). Además, el informe psicológico se convierte en un documento técnico que certifica la labor profesional y debe ser elaborado con rigurosidad ética y metodológica (Castro Camacho, 1999).
Es por esto por lo que, uno de los principales retos que enfrenta el psicólogo clínico en Colombia es la falta de acceso equitativo a servicios de salud mental, dado que, en muchas regiones del país, especialmente en zonas rurales, la atención psicológica es limitada o inexistente (Gallego & Tafur, 2021). Esto se agrava por el estigma social que aún rodea los trastornos mentales, lo que dificulta que las personas busquen ayuda profesional sin miedos ni tabús, además de esto la formación académica de los psicólogos clínicos requiere una revisión profunda, orientada a fortalecer competencias interdisciplinarias que les permitan responder a las demandas actuales del sistema de salud (Yáñez-Galecio, 2005).
Por otra parte, con la finalidad de contar con múltiples perspectivas por medio de diversas fuentes de información, se realizó una entrevista a una especialista en psicología clínica con experiencia en el campo, ella primeramente destaca que las funciones esenciales del psicólogo clínico se estructuran metodológicamente en procesos de consentimiento, evaluación, intervención y acompañamiento. Además, se subraya la importancia de la prevención y promoción de la salud mental como pilares fundamentales del ejercicio clínico, puesto que el profesional debe tener una comprensión profunda del contexto colombiano, considerando la diversidad cultural y las necesidades específicas de cada población, lo que implica adaptar las intervenciones a las realidades locales.
De igual manera, la profesional destaca que entre los principales retos se encuentran el acceso desigual a servicios de salud mental, el estigma aún presente (aunque reducido tras la pandemia), y las condiciones laborales inestables. La carga emocional del trabajo clínico puede afectar significativamente al profesional si no se cuenta con espacios de autocuidado y acompañamiento psicoterapéutico, de igual manera, las remuneraciones varían según el tipo de vinculación laboral y la experiencia del psicólogo, lo que genera incertidumbre y exige una alta capacidad de adaptación y proyección profesional.
Finalmente, la psicóloga clínica propone que, para ejercer de manera ética y rigurosa, debería exigirse al menos un posgrado en psicología clínica, y de igual manera también se enfatiza en la necesidad de que los psicólogos atiendan su propia salud mental y que la atención clínica llegue a zonas rurales, donde las huellas de violencia generan traumas profundos. A modo de cierre, se brinda como consejo para los(as) futuros psicólogos(as) clínicos es «no limitarse al consultorio, sino expandir su impacto a contextos educativos, sociales y organizacionales, manteniendo siempre un alto nivel de autocuidado y compromiso con la transformación de vidas».
Ahora bien, desde una postura crítica, consideramos que los psicólogos clínicos en Colombia deben ampliar su campo de acción más allá del consultorio, involucrándose activamente en procesos comunitarios, educativos y políticos que impacten la salud mental de la población, realmente es necesario que adopten un enfoque preventivo, integrador y ético, que les permita responder a las complejidades de los dilemas humanos en contextos de violencia, desigualdad y exclusión que se viven en nuestro país. Además, deben fortalecer su formación en investigación aplicada, para generar conocimiento útil y contextualizado que contribuya a mejorar las políticas públicas en salud mental, puesto que, en definitiva, el psicólogo clínico debe ser un agente de cambio social, comprometido con el bienestar de las personas y con la transformación de las condiciones que generan malestar psicológico.
La psicóloga clínica propone que, para ejercer de manera ética y rigurosa, debería exigirse al menos un posgrado en psicología clínica.
El rol del psicólogo varía según el área de intervención, pero en todos los casos enfrenta desafíos que exigen una constante actualización profesional, ética y crítica.