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Comunidades indígenas armonizan la Casa de Nariño: SE TRATA DE CONTRARRESTAR EL «ODIO» DE LOS PODEROSOS CONTRA EL GOBIERNO PETRO

Indígenas de la comunidad Camëntsá , orientan  la ceremonia más conocida para la sanación, protección y limpieza de malas energías en la Casa de Nariño. En la gráfica la Secretaria General de la Presidencia de la República, Angie Lizeth Rodríguez, la ministra de Comercio Exterior,Diana Marcela Morales Rojas, y el líder ciudadano, Fernando Pizarro Perdono.

 

 

 

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Representantes de comunidades indígenas, incluyendo al pueblo  Camëntsá, llevaron a cabo una ceremonia de «armonización y purificación profunda» en la Casa de Nariño, el palacio presidencial de Colombia. El ritual busca limpiar el espacio de las energías negativas acumuladas durante años, especialmente aquellas dejadas por personas acusadas de crímenes como masacres y genocidios.

La iniciativa, surgida de las propias comunidades indígenas, tiene como objetivo principal contrarrestar el odio que, según ellos, promueven sectores poderosos en contra del gobierno del presidente Gustavo Petro. La ceremonia se centró en sanar el ambiente y la tierra que, en su cosmovisión, han sido perturbados por actos violentos.

Las anfitrionas del encuentro con las comunidades indígenas por parte del gobierno nacional fueron:La Secretaria General de la Presidencia de la República, Angie Lizeth Rodríguez y la ministra de Comercio Exterior,Diana Marcela Morales Rojas. 

Un ritual ancestral 

La ceremonia se basó en prácticas ancestrales que buscan restaurar el equilibrio espiritual. Los líderes indígenas, o taitas, utilizaron una serie de elementos y rituales:

Ofrendas a la Madre Tierra: Se realizaron ofrendas con alimentos y semillas para pedir permiso y sanar la tierra, que, según su creencia, también sufre con la violencia.

Uso de sonidos y vibraciones: La música, los cantos sagrados y el sonido de instrumentos como tambores y cascabeles fueron empleados para «romper y dispersar las energías estancadas», restaurando el flujo de la energía vital en el lugar.

Manillas de protección 

Además de la purificación del espacio, las comunidades indígenas ofrecieron manillas de protección, tejidas con chaquiras de colores, semillas o fibras naturales. Estas manillas son consideradas amuletos sagrados y actúan como un escudo energético para quienes las portan.

Cada manilla tiene un propósito específico basado en su simbología y los materiales utilizados, con el fin de proteger de malas energías y atraer la sanación y la fuerza. Para los Kamëntsá, el tejido no es solo una artesanía, sino una forma de transmitir la sabiduría ancestral y el legado cultural de su pueblo.

Defensa del territorio indígena 

En un encuentro con el gobierno nacional, el pueblo Camëntsá solicitó que el presidente Gustavo Petro y la Secretaria General de la Presidencia, Angie Lizeth Rodríguez, apadrinen la protección de los ríos Putumayo y Amazonas, gravemente afectados por la minería ilegal y la deforestación. Durante la reunión, los líderes indígenas también plantearon la necesidad de impulsar su cultura a nivel nacional, fortalecer la defensa de la niñez y promover la internacionalización de las artesanías que producen sus comunidades.

El presidente, Gustavo Petro y su Secretaria General de la Presidencia de la República, Angie Lizeth Rodríguez, visitaran la comunidad indígena del Putumayo para solucionar algunos de los muchos problemas que viven los aborígenes. 

La manilla actúa como un escudo energético para quien la lleva. Se cree que no solo protege de las malas energías, sino que también atrae la sanación, la abundancia y la fuerza, conectando a la persona con la esencia de la naturaleza y el pensamiento de sus mayores.

Después de una ceremonia de protección en la Casa de Nariño, los líderes indígenas del Putumayo expusieron sus necesidades y extendieron una invitación al presidente Petro para que las comunidades le reafirman su apoyo. Manifestaron su respaldo al gobierno por su enfoque en la población más vulnerable.

El líder espiritual o taita usa cantos o «ícaros» para invocar a los espíritus de la naturaleza y guiar a la sanación de las malas energías del lugar dejadas por gobiernos pasados. La música crea un ambiente místico y de curación.