Primera línea del TOCONPE (Todos Contra Petro)
Javier Sánchez
Política
Con la mirada puesta en las elecciones presidenciales de 2026, los principales partidos de oposición en Colombia están explorando la posibilidad de conformar una «megaconsulta» que les permita unificar su voto y enfrentar al oficialismo en la primera vuelta. La coalición pertenece a la derecha y estará bajo el mandato del expresidente Uribe.
La estrategia, que ha ganado fuerza en las últimas semanas, busca superar la dispersión de votos que, según analistas, favoreció la victoria de Gustavo Petro en 2022. La idea es que partidos tan diversos como el Centro Democrático, Cambio Radical, el Partido Conservador, el Partido Liberal y el Partido de la U, y los movimientos cristianos elijan a un único candidato a través de una consulta popular interna.
Entre las criticas hechas por precandidatos del Centro Democrático es que el evento está diseñado para que Germán Vargas Lleras, sea el candidato ganador de la «megaconsulta».
Esta posible alianza refleja la profunda polarización política del país, resumida en la expresión «Todos contra Petro». La oposición se ha consolidado en múltiples frentes: desde el Congreso, donde han frenado reformas clave como la de la salud, hasta los gremios empresariales, medios de comunicaciones (periodistas) y el sector judicial.
La confluencia de estos actores en una «megaconsulta» tiene como objetivo crear un bloque político formidable que compita de manera directa con el candidato que presente el gobierno. Sin embargo, el desafío será conciliar las diferentes agendas e ideologías de los partidos involucrados, lo que podría generar tensiones internas antes de la contienda electoral.
Hay una división de opiniones entre los analistas sobre el posible resultado de la «megaconsulta» Por un lado, algunos consideran que esta alianza de la oposición podría ser exitosa y llevar a la presidencia a un candidato unificado, ya que consolidaría el voto disperso de la derecha. Por otro lado, otros expertos argumentan que esta unión podría, paradójicamente, beneficiar al presidente Petro, al agrupar a todos sus opositores bajo una misma bandera, permitiéndole a él y a su movimiento político presentarse como los defensores de las reformas sociales y de la gente más vulnerable, frente a una coalición percibida como la de los «grandes capitales» y los defensores del statu quo.
