Gustavo Petro Urrego, presidente de Colombia
Nueva York
El presidente Gustavo Petro ha encendido una nueva polémica en las relaciones internacionales al declararse públicamente «un presidente descertificado». Esta frase, cargada de simbolismo histórico, es una crítica directa a la política exterior de Estados Unidos en dos puntos sensibles: el conflicto en Gaza y una reciente operación militar en el Caribe.
La doble moral
En un acto público, Petro arremetió contra lo que considera una doble moral de la administración estadounidense. Por un lado, criticó duramente a Washington por su inacción en el conflicto palestino-israelí, específicamente por no apoyar un cese al fuego en el Consejo de Seguridad de la ONU. Para el presidente colombiano, la falta de apoyo de EE. UU. a los derechos humanos en Gaza revela una hipocresía en su política exterior.
Por otro lado, el mandatario colombiano hizo una mención velada a una operación militar en el mar Caribe, calificándola de «agresión». Aunque no dio mayores detalles, sus palabras se interpretaron como una clara protesta ante la presencia de embarcaciones y personal militar de Estados Unidos en la región, un despliegue que, según su lectura, busca presionar a Colombia para que se alinee con los intereses norteamericanos.
El fantasma de la «descertificación»
La elección de la palabra «descertificación» no es casual. La frase evoca un período tenso en la historia de las relaciones bilaterales, cuando Washington evalúa anualmente la cooperación de países como Colombia en la lucha contra el narcotráfico. El antecedente más recordado es la «descertificación» de 1996, que resultó en un enfriamiento diplomático y la pérdida de ayuda económica para Colombia.
Al apropiarse de este término, Petro lo resignificó como un acto de autonomía política. Su mensaje es claro: si bien el proceso de certificación ya no tiene el mismo peso legal de antaño, él se considera «descertificado» por su rechazo a obedecer las directrices de Estados Unidos. Es, en esencia, una reafirmación de soberanía y un desafío a la tradicional subordinación de la política exterior colombiana a los dictámenes de Washington.
Petro cuestionó la autoridad del mandatario norteamericano para tomar este tipo de decisiones unilaterales: «¿Con qué derecho del derecho internacional puede un presidente de un gobierno extranjero descertificar a otro que fue elegido por su propio pueblo? ¿Eso es democracia o el comienzo de la barbarie?», expresó.
El mandatario colombiano reiteró que la decisión del gobierno de Trump tuvo un trasfondo político, dirigido no contra el país, sino contra él como persona.
Petro arremetió contra lo que considera una doble moral de la administración estadounidense.