El festival es una muestra del patrimonio cultural de la región, que se refleja en sus paisajes, su gastronomía y la calidez de su gente.

Luis Eduardo Romero

Sutatausa, Cundinamarca

Lana, telares y amabilidad campesina se entrelazaron en el festival Tejilarte, un vibrante encuentro de oficios y saberes que ha convertido a este municipio en la capital de la hilandería. Desde su primera edición en 2018, este evento ha reunido a más de 100 artesanos del Valle de Ubaté, quienes, con su talento, mantienen viva una tradición ancestral de hilandería, tejeduría y tintorería.

El festival es una muestra del patrimonio cultural de la región, que se refleja en sus paisajes, su gastronomía y la calidez de su gente. El evento, que también es una celebración de la identidad cundinamarquesa, contó con el apoyo del Instituto Departamental de Cultura y Turismo de Cundinamarca (IDECUT), liderado por Conny Solórzano.

«Acompañamos este y otros festivales que son orgullo del departamento», expresó el IDECUT, destacando la importancia de estos espacios para salvaguardar la cultura local.

El alcalde de Sutatausa, Jhonatan Ojeda, y el comité organizador fueron agradecidos por su apuesta por el arte y la cultura, reconociendo que la identidad de Cundinamarca se fortalece y se protege desde estos espacios de encuentro y tradición. Tejilarte, con su despliegue de talentos y saberes, es un claro ejemplo de cómo la comunidad teje su propio futuro a partir de sus raíces.

Desde su primera edición en 2018, este evento ha reunido a más de 100 artesanos del Valle de Ubaté, quienes, con su talento, mantienen viva una tradición ancestral de hilandería, tejeduría y tintorería.