La ola de violencia que azota el crimen organizado en México ha vuelto a tener un impacto brutal en la comunidad artística latinoamericana, reviviendo lo que algunos medios ya denominan una «maldita vieja costumbre» en el país azteca: el asesinato de cantantes y artistas colombianos. La crueldad se ve ahora magnificada por la «truculencia del narcotráfico», en un caso que amenaza con quedar impune.
Este 23 de septiembre, la conmoción se intensificó con nuevos y perturbadores detalles sobre la muerte de Bayron Sánchez (B-King) y Jorge Luis Herreras (DJ Regio Clown), los artistas colombianos que fueron hallados sin vida el pasado 22 de septiembre en Cocotitlán, México, tras ser reportados como desaparecidos el día 16. Los cuerpos fueron encontrados con claros signos de violencia, las «manos atadas y junto a un mensaje borroso».
«El Espectro de la Familia Michoacana y la Víctima Venezolana»
La tragedia escaló a proporciones multinacionales al confirmarse la aparición de un tercer cadáver en la misma zona, el cual correspondería a un artista de nacionalidad venezolana.
Según lo revelado por Néstor Morales en Mañanas Blu de Blu Radio, Tyron Paredes Gamboa, un músico de Caracas, Venezuela, de 27 años, habría muerto «en el mismo grupo de horrores cometidos por esta Familia Michoacana», el cártel de narcotráfico señalado como responsable. La investigación, que contempla un total de cinco cuerpos, deberá esclarecer si el uso del término «chapulines» en el mensaje encontrado vincula a los músicos con el negocio de la venta del tusi y el fentanilo.
«¿Confusión de Identidades o Vínculos Forzados?»
No obstante, los familiares de la víctima venezolana han solicitado categóricamente a las autoridades internacionales no vincular a Paredes Gamboa con la investigación sobre B-King y DJ Regio Clown.
- Tyron Paredes Gamboa, quien había sido reportado como desaparecido en Cuautitlán Izcalli (Estado de México) días antes, se desempeñaba como repartidor de delivery.
- «Queremos dejar claro que Tayron Paredes Gamboa, venezolano, desapareció en Huehuetoca, Estado de México, mientras trabajaba como repartidor de delivery. Él no tiene relación alguna con cantantes ni con temas de drogas», expresaron sus seres queridos, intentando desvincularlo de la «novela de nunca acabar» que envuelve la suerte de los artistas en México.
El caso se encuentra ahora en manos de las autoridades mexicanas, que enfrentan no solo la presión de esclarecer el asesinato de tres personas, sino de determinar el alcance real de los vínculos de las víctimas con el crimen organizado.

