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Las Papas Nativas de Colombia: LA LUCHA ENTRE LA EXTINCIÓN Y LA PRODUCTIVIDAD EN EL AGRO

Papa nativa

 

 

 

 

 Julián Escobar

El artículo expone la paradoja de la papa nativa en Colombia: a pesar de la existencia de más de 30 variedades, solo se consumen tres (criolla, sabanera y pastusa). Las demás están casi extintas o son difíciles de conseguir.

El país enfrenta una contradicción, pues a pesar de tener una rica biodiversidad de tubérculos, no logra generar valor agregado, y ve productos como chips de papa o habas ser importados de Perú o Ecuador a precios mucho más altos.

Papa Nativa

Ante esta escasez y la baja demanda, el Biomuseo de la Papa Nativa en Ventaquemada, Boyacá, fundado por Pedro Briceño, se ha convertido en un centro de conservación. Su objetivo, tras casi 20 años de trabajo, es rescatar y preservar más de 30 variedades de papas, algunas traídas de Nariño y la Sierra Nevada.

El principal desafío de estas variedades nativas es su baja productividad (algunas tardan un año en cosechar, comparado con tres meses de las variedades comerciales) y su alto costo de producción, lo que las hace hasta tres veces más caras que la papa sabanera.

Fitomejoramiento

Para que estas papas puedan competir con variedades comerciales como la R12, el Biomuseo colabora con universidades (como la UPTC) en un proceso de fitomejoramiento. Esta técnica, que busca mejorar la semilla desde el ADN, tiene como objetivo:

Obtener una nueva variedad nativa con buen tamaño, sabor agradable y alta productividad.

Reducir los costos de producción y disminuir el uso de pesticidas.

El Biomuseo, además de ser un banco de semillas que da esperanza a especies en extinción, ofrece una experiencia educativa y gastronómica, promoviendo el uso de estas papas para la producción de cerveza y tintes. El esfuerzo de la familia Briceño es clave para reintroducir y mejorar las especies nativas en la dieta colombiana.

El principal desafío de estas variedades nativas es su baja productividad (algunas tardan un año en cosechar, comparado con tres meses de las variedades comerciales)