Luisa Fernanda Salgado Fernández (alias ‘Esthefany’)
Rafael Camargo Vásquez
Bogotá, Colombia.
La seguridad del Estado colombiano está en jaque. Una mujer sin rango, identificada como Luisa Fernanda Salgado Fernández (alias ‘Esthefany’), logró la increíble hazaña de infiltrarse en el tercer anillo de seguridad del presidente Gustavo Petro, participando en reuniones ultra secretas y obteniendo información confidencial, que presuntamente terminó en manos de estructuras criminales.
La Fiscalía desmanteló una red que, con la complicidad de dos militares activos, puso en riesgo la seguridad nacional. Este es el resumen de un caso que sacude los cimientos de la inteligencia militar:
El Engaño
La «capitán fantasma» logró su cometido gracias a la colaboración de dos uniformados clave: el Mayor Pedronel Jiménez Cárdenas, comandante del Batallón de Fuerzas Especiales Urbanas (Bafur), y el Sargento Segundo Cristian Camilo Padilla Villanueva.
Credenciales Falsas y Complicidad: Los militares presuntamente le facilitaron un carné oficial falso y la presentaron como una oficial de inteligencia ante otras unidades como el Gaula y la Policía Militar.
Acceso Total al Tercer Anillo: La falsa capitán ingresó en al menos 36 reuniones de inteligencia y contrainteligencia entre marzo de 2024 y abril de 2025, burlando la protección perimetral del Bafur (el tercer anillo de seguridad de la Presidencia y Vicepresidencia).
Datos Ultrasecretos Comprometidos: Se afirma que Salgado tuvo en sus manos información de altísimo valor:
Rutas y Rutinas del Presidente Petro y su familia.
Planes de operativos y actividades de inteligencia.
Chats que evidencian su comunicación directa con los uniformados para coordinar actividades.
Traición Interna
La gravedad del caso aumentó al revelarse la principal hipótesis de la Fiscalía: la información robada habría sido filtrada al peligroso grupo criminal transnacional ‘Tren de Aragua’. De hecho, se sospecha que las acciones de la red habrían entorpecido operativos de incautación contra esta banda.
El escándalo se destapó gracias a la denuncia valiente y solitaria del Sargento Jesús Rubiano, quien reportó las irregularidades, pero, según su testimonio, solo recibió persecución y traslados como respuesta, en un aparente intento de encubrimiento.
Reacción Presidencial
Los militares implicados, junto con la falsa oficial, fueron imputados por cargos graves como concierto para delinquir agravado, revelación de secreto y simulación de investidura.
A pesar de que el Ministro de Defensa ha intentado minimizar la incursión, la respuesta institucional fue contundente: se reportó la remoción de 22 oficiales del esquema de seguridad.
El presidente Gustavo Petro se pronunció sobre la traición desde adentro, sugiriendo que «personas que están para cuidarme terminan es vigilándome», y clamando a la justicia que «saque estas cadenas clandestinas de conspiración aliadas a las mafias».
La falsa capitán ingresó en al menos 36 reuniones de inteligencia y contrainteligencia entre marzo de 2024 y abril de 2025, burlando la protección perimetral del Bafur (el tercer anillo de seguridad de la Presidencia y Vicepresidencia).