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Autopsia Universal: ESPECTÁCULO ESTELAR DE CANIBALISMO CÓSMICO

El telescopio Hubble desvela un banquete cósmico: Una estrella muerta devorando un trozo helado de un planeta enano.

 

 

 

Universo

Primicia Diario

Astrónomos han sido testigos de un evento astronómico sin precedentes: una enana blanca —el núcleo denso y extinto de una estrella— está consumiendo lentamente los restos de un planetesimal helado cuya composición química es asombrosamente similar a la de Plutón. Este hallazgo, capturado por la única visión ultravioleta del Telescopio Espacial Hubble, se desarrolla a unos 260 años luz de la Tierra y ofrece una «autopsia química» detallada del objeto desintegrado.

El fenómeno ha sido catalogado como un presagio del destino final que podría esperar a los confines de nuestro propio Sistema Solar.

La Víctima y su Verdugo Estelar

La estrella en cuestión es WD 1647+375, una enana blanca con aproximadamente la mitad de la masa de nuestro Sol, pero comprimida hasta el tamaño de la Tierra. Su inmensa gravedad es el motor de esta destrucción.

El objeto desmembrado es un cuerpo helado de al menos 3 kilómetros de diámetro, aunque los cálculos sugieren que podría haber sido un fragmento de un mundo enano más grande, similar a Plutón, originario del equivalente del Cinturón de Kuiper de ese sistema. La enana blanca lo atrajo, lo destrozó en un disco de escombros y, a través del proceso de acreción, está incorporando sus fragmentos a su atmósfera.

Los científicos estiman que la estrella lleva consumiendo este material durante al menos 13 años, a una velocidad vertiginosa de unas 17.280 toneladas métricas por día.

Evidencia Química que Desafía Expectativas

La clave para identificar la naturaleza de la «víctima» reside en el análisis de los elementos volátiles que caen sobre la estrella, una hazaña solo posible gracias al espectrógrafo ultravioleta del Hubble.

Rastros de Plutón: Se detectó la concentración de nitrógeno más alta jamás registrada en este tipo de escombros planetarios. Una fracción de masa de nitrógeno del 5.1% es una firma distintiva de los mundos helados formados en las gélidas periferias de los sistemas estelares, muy similar a los hielos que cubren la superficie de Plutón.

Hielo de Agua Abundante: Sorprendentemente, los fragmentos estaban compuestos por casi dos tercios de hielo de agua (64%), junto con azufre y carbono. Este descubrimiento es crucial, ya que se pensaba que cuerpos tan ricos en volátiles serían expulsados del sistema antes de la fase de enana blanca de la estrella. El hallazgo demuestra que los análogos del Cinturón de Kuiper pueden sobrevivir a la violenta transición estelar.

El Inevitable Destino Solar

Este macabro espectáculo ofrece a los astrónomos una mirada directa al futuro distante de nuestro propio sistema. Dentro de miles de millones de años, nuestro Sol se convertirá en una enana blanca.

Al igual que WD 1647+375, su gravedad remanente podría comenzar a arrastrar y desintegrar objetos masivos y helados de nuestro Cinturón de Kuiper. Los restos de este mundo tipo Plutón podrían ser, de hecho, el espejo cósmico de lo que un observador alienígena vería alrededor de nuestra estrella mucho después de que se apague.

El análisis espectroscópico mostró que dos tercios del material engullido eran hielo de agua. Un escenario que anticipa lo que podría ocurrir algún día en el propio Sistema Solar.