«Nos despedimos de Grecia. Nuestra próxima parada es Gaza para abrir un corredor humanitario para el pueblo palestino que hoy sufre un genocidio», reportan los activistas amenazas de Israel.
Primicia Diario
CRÓNICA MARÍTIMA -INTERNACIONAL
En el tenso escenario del Mediterráneo oriental, la «Global Sumud Flotilla» no es solo un convoy; es una declaración flotante. Esta misión de ayuda humanitaria, considerada la mayor iniciativa marítima civil para romper el bloqueo de la Franja de Gaza, avanza hacia su destino a pesar de los contratiempos, las interferencias y las advertencias militares.
La Última Milla de la Misión
El pulso de la misión late a unas 463 millas náuticas (857 kilómetros) de Gaza. A finales de septiembre de 2025, el grueso del convoy navegaba al sur de la isla griega de Creta, enfilando el tramo final de su travesía.
La «Global Sumud Flotilla» agrupa cerca de 51 embarcaciones, a bordo de las cuales viajan aproximadamente 500 activistas y delegados de al menos 44 países. Este frente ciudadano incluye figuras de resonancia internacional como la activista climática Greta Thunberg y la exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que partieron desde puertos como Barcelona, Túnez, Italia y Grecia.
A pesar de los retrasos acumulados, los organizadores han estimado su llegada a las costas de Gaza en un plazo de cinco a ocho días, un margen estrecho que incrementa la expectativa y el riesgo.
Bloqueo Silencioso en Aguas Internacionales
La travesía ha estado marcada por la denuncia de una guerra no declarada en alta mar. Según los organizadores, el intento de disuasión es constante:
Se han documentado múltiples ataques e interferencias. Los activistas denuncian el reporte de «14 explosiones» y el lanzamiento de «objetos no identificados» por parte de drones o aviones sobre al menos diez embarcaciones. Estos incidentes no han dejado heridos, pero sí han causado daños materiales y una «obstrucción generalizada de las comunicaciones» de la flotilla.
La presión del viaje y los incidentes han pasado factura. El barco «Familia», que transportaba a la cúpula directiva de la misión, tuvo que retirarse por un fallo mecánico, siendo su tripulación reubicada en otras unidades.
Escalada Militar
El acercamiento al área de conflicto ha intensificado las reacciones a nivel estatal, elevando la misión a un delicado asunto de seguridad internacional:
Ante el riesgo de nuevos ataques, los gobiernos de España e Italia han respondido con el envío de buques de sus Armadas. El patrullero español Furor P46 y las fragatas italianas Virgilio Fasan y Alpino han sido desplegados para escoltar a la flotilla y garantizar la seguridad de sus ciudadanos en aguas internacionales, bajo el principio de la libertad de navegación.
Por su parte, el gobierno israelí ha sido rotundo: «no permitirá entrar» a los barcos a la Franja de Gaza, citando que es una «zona de combate activo» y que el bloqueo naval es «legal». Israel reitera que la ayuda humanitaria debe canalizarse por los cruces terrestres oficiales y supervisados.
Los activistas rechazan la etiqueta de amenaza, insistiendo en que la misión es estrictamente humanitaria y su objetivo es romper el bloqueo para establecer un corredor marítimo. Su única bandera, afirman, es la «solidaridad en acción», sin portar armas ni representar peligro alguno para nadie.
Buques de guerra de Israel se preparan para agredir a las frágiles embarcaciones de activistas que reclaman el fin del genocidio contra el pueblo palestino.