El senador Efraín Cepeda oficializó su precandidatura a la Presidencia en un evento en Ibagué, respaldado por las fuerzas políticas del exsenador Óscar Barreto, incluida la Gobernadora del Tolima y la Alcaldesa de Ibagué, revelaron fuentes de la ciudad musical. Ahora tendrá que responder por acusaciones en materia de paramilitarismo.
Sombras de la ‘Parapolítica’ Testimonios y Expedientes
Rafael Camargo Vásquez
Judicial
El escándalo de la «Parapolítica» en la Costa Caribe ha revivido con fuerza ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). El exsenador liberal Álvaro Ashton, confeso parapolítico, entregó un testimonio explosivo en febrero pasado, señalando al expresidente del Senado, Efraín Cepeda Sarabia, al empresario Julio Gerlein y a otros dirigentes de la élite regional por presuntos vínculos o alianzas indirectas con estructuras paramilitares.
Red de Cooptación
Durante su audiencia de aporte a la verdad, que permitió la continuidad de su sometimiento ante la JEP, Ashton detalló cómo el Frente José Pablo Díaz del Bloque Norte de las AUC (comandado por alias ‘Don Antonio’ y Carlos Mario García Ávila) cooptó las instituciones y manipuló elecciones en los departamentos del Atlántico y Magdalena.
Señalamientos
Ashton mencionó al expresidente del Senado, Efraín Cepeda, y al poderoso empresario Julio Gerlein (junto a otros dirigentes como David Char Navas y Jorge Alberto Gerlein Echeverría) en una lista de políticos y empresarios que habrían tenido acercamientos o acuerdos indirectos con sectores apoyados por las AUC, principalmente en Barranquilla y Soledad.
El excongresista afirmó que él y otros líderes ayudaron a que «del presupuesto nacional se aprobaran partidas que terminaron financiando proyectos manejados por el Frente José Pablo Díaz» a través de la Alcaldía de Barranquilla, recursos que los paramilitares utilizaban para «seguir delinquiendo».
Ashton también incluyó en sus señalamientos a prominentes figuras del empresariado, como los contratistas Javier Haddad y Edgardo Navarro Vives, alegando que muchos de estos hombres de negocios, que no fueron judicializados, facilitaron la penetración paramilitar mediante la cooperación política o «silencios estratégicos».
Ley de Justicia y Paz
Otro de los apartes más sensibles del testimonio se refirió al actual ministro del Interior, Armando Benedetti (en ese entonces congresista).
Ashton aseguró que Benedetti fue una de las personas que más promovió artículos «fundamentales» para las AUC durante el debate de la Ley de Justicia y Paz (Ley 975 de 2005). Según el exsenador, Benedetti promovió la aprobación y apelación de artículos clave, como el de la sedición y la alternatividad penal, que eran cruciales para los intereses de la estructura paramilitar.
Infiltración en Todos los Niveles
El exsenador confirmó que la alianza paramilitar no se limitó a los despachos políticos:
Señaló la infiltración de la AUC en la Alcaldía de Barranquilla, en cabeza del ex alcalde Guillermo Hoenisberg, y en la Alcaldía de Soledad (Rosa Stella Ibáñez), usando entidades como la Universidad del Atlántico y la empresa Triple A para obtener contratos y legitimación social.
De manera impactante, Ashton vinculó la expansión paramilitar a la Logia Masónica Colombiana en Barranquilla, señalando que en esta confluían dirigentes políticos, militares y paramilitares, incluyendo al excomandante paramilitar ‘Don Antonio’ y al excomandante de las Fuerzas Militares, general (r) Freddy Padilla de León.
Futuro Judicial
Tras la extensa confesión, la JEP compulsó copias de los nombres de Cepeda, Gerlein, Benedetti y los demás políticos, empresarios y funcionarios mencionados a la Fiscalía General de la Nación y a la Corte Suprema de Justicia para que inicien las investigaciones correspondientes.
Álvaro Ashton, por su parte, pidió perdón a las víctimas y reconoció que su apoyo a la expansión paramilitar en el Atlántico fue una «decisión deliberada» y no un acto indirecto.
La figura del senador Efraín Cepeda Sarabia ha sido recurrente en los debates sobre la infiltración de la parapolítica en la Costa Caribe colombiana, aunque su caso reviste una particularidad: a diferencia de decenas de congresistas condenados, Cepeda no ha sido condenado por la Corte Suprema de Justicia ni ha sido vinculado formalmente en procesos por concierto para delinquir agravado. No obstante, su nombre ha emergido en múltiples ocasiones dentro de los testimonios de exjefes paramilitares y en documentos judiciales, sugiriendo un presunto entramado de colaboración y apoyo.
El foco de la controversia se concentra en el departamento del Atlántico y la influencia que el paramilitarismo ejerció para asegurar el control político en la región.
Salvatore Mancuso
La principal fuente de señalamientos contra el senador Cepeda proviene de las declaraciones de Salvatore Mancuso, el exjefe de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
En diversas diligencias ante la justicia transicional (Ley de Justicia y Paz y Jurisdicción Especial para la Paz – JEP), Mancuso ha testificado sobre la existencia de un «pacto político» regional para cooptar las elecciones y asegurar el control del Congreso a favor de las AUC.
Aunque Mancuso no ha incluido a Cepeda entre los firmantes del famoso Pacto de Ralito, sí ha asegurado que el senador del Partido Conservador fue uno de los políticos que presuntamente recibió apoyo electoral del Bloque Norte de las AUC en el Caribe. Mancuso ha mencionado que el propósito de estos acuerdos era «la refundación del Estado» bajo sus intereses.
En sus declaraciones más recientes, Mancuso ha sido enfático en que la estructura paramilitar no solo financió campañas, sino que utilizó la violencia, la intimidación y el terror para desplazar votantes y obligar a las comunidades a apoyar a candidatos específicos en el Atlántico, incluyendo figuras de la política tradicional.
Ausencia de Condena
A pesar de los señalamientos del ex jefe paramilitar, la Corte Suprema de Justicia (CSJ) nunca ha proferido una condena contra Efraín Cepeda por el fenómeno de la Parapolítica.
El caso de Cepeda fue objeto de indagación en la etapa inicial del escándalo, pero fue archivado o precluido por la CSJ, al considerar que no existían pruebas directas, sólidas y suficientes que demostraran el delito de concierto para delinquir agravado (la alianza directa y formal para promover grupos armados ilegales), que fue el cargo central en la mayoría de las condenas por parapolítica.
Efraín Cepeda
El senador Efraín Cepeda, quien se lanzó como precandidato presencial con la bandera de enfrentar al presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha mantenido una defensa categórica y constante frente a las acusaciones de Mancuso y cualquier vínculo con el paramilitarismo.
Cepeda siempre ha negado cualquier reunión, pacto o apoyo directo de las AUC, calificando las declaraciones de Mancuso como mentiras de un criminal que busca beneficios jurídicos.
El senador ha enfatizado que las meras menciones en testimonios de terceros no constituyen prueba judicial y ha exigido que, de existir algún vínculo, este sea demostrado con evidencia física y contundente ante los tribunales.
Ante la reaparición de los testimonios de Mancuso en la JEP, Cepeda ha manifestado su disposición a comparecer ante la jurisdicción si es requerido, con el fin de aclarar su situación y desvirtuar cualquier acusación que persista en el marco de la justicia transicional.
En síntesis, Efraín Cepeda se encuentra en el complejo limbo de ser una figura señalada repetidamente por un exjefe paramilitar clave, sin que hasta la fecha haya existido una decisión judicial que lo condene o lo vincule formalmente al concierto para delinquir de la Parapolítica. Su nombre simboliza una de las zonas grises del escándalo, donde las denuncias políticas persisten más allá del alcance de las condenas formales.
El mega contratista de Barranquilla, Julio Gerlein, también fue acusado de tener vínculos con el paramilitarismo.
Armando Benedetti, ministro del Interior fue acusado de promover la aprobación y apelación de artículos clave, como el de la sedición y la alternatividad penal, que eran cruciales para los intereses de la estructura paramilitar.