Óscar Javier Ferreira Vanegas
El gremio artístico lamenta la sensible pérdida de Gustavo Angarita, primer actor cuya vasta trayectoria de más de «cincuenta años» dejó una huella imborrable en Colombia y el exterior. Gustavo Antonio Angarita Pantoja (Bogotá, 2 de septiembre de 1942 – 16 de septiembre de 2025) fue un hombre que, aunque inició estudios de Derecho y Filosofía en la Universidad Nacional de Colombia, descubrió en el arte escénico su verdadera pasión.
De las Tablas Colombianas a la Mística de París
Angarita forjó su talento en la Escuela de Arte Dramático de Bogotá y se especializó en la prestigiosa «Université Internationale de Théâtre de París». Perteneció a grupos fundamentales en la historia teatral colombiana como «La Candelaria» y «TPB, Teatro Popular de Bogotá».
Su formación trascendió las artes escénicas. Durante su estancia en París, desarrolló una profunda afición por la pintura, cautivado por la obra de maestros surrealistas como «Salvador Dalí», «René Magritte» y «Joan Miró».
Carrera Consagrada por el Premio y el Aplauso
La brillantez de Angarita fue reconocida con múltiples galardones, testimonio de su versatilidad:
Ganó un primer «India Catalina» como Mejor Actor por «La casa de las dos palmas» (1990), un logro que repitió con un premio «Simón Bolívar» por la misma producción.
Recibió un segundo «India Catalina» por su rol en la serie «Hombres» (1998).
Su actuación en la película «Tiempo de morir» (1985), dirigida por Jorge Alí Triana, le valió el «Tucán de Oro» a Mejor Actor y un premio en el Festival de Cine de Acapulco.
En la segunda edición de The Colombian Film Festival New York, fue honrado con el premio a «Toda una Vida».
Actor que Cruzó Fronteras
Su talento se proyectó internacionalmente en producciones cinematográficas destacadas:
Participó en «Encerrada» (Gallows Hills, 2014), dirigida por el español Víctor García.
Formó parte del elenco de «Los 33», dirigida por la mexicana Patricia Riggen y protagonizada por Antonio Banderas.
El legado de Angarita se consolida con papeles icónicos en el cine como «La estrategia del caracol» (1993) y «Bolívar soy yo» (2001). En televisión, brilló en proyectos trascendentales de la historia de la pantalla chica colombiana como «Rasputín» (1979), «Teatro Universal», «Revivamos nuestra historia», «Suspenso 7:30», «La Potra Zaina» (1993) y «La dama del pantano» (1999), entre muchos otros.
Con su fallecimiento en Bogotá, la comunidad actoral despide a un «señor y caballero de la actuación», rogando que «Dios lo tenga en su gran escenario celestial».
Angarita forjó su talento en la Escuela de Arte Dramático de Bogotá y se especializó en la prestigiosa «Université Internationale de Théâtre de París»
