El presidente Petro como McNamara coincidieron en que se realizarán nuevos encuentros en las próximas semanas para continuar el proceso de normalización diplomática.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia ha confirmado un primer paso crucial en la recomposición de las relaciones con Estados Unidos, tras un periodo de intensa tensión. Una reunión sostenida entre el presidente Gustavo Petro, el embajador de Colombia en EE. UU., Daniel García-Peña, y el Encargado de Negocios de EE. UU. en Colombia, John McNamara, sentó las bases para «superar el actual impasse en las relaciones bilaterales». Ambas naciones han acordado mantener nuevos encuentros con el objetivo de avanzar hacia «soluciones concretas y constructivas».
El encuentro, que se prolongó por varias horas, fue calificado como un «diálogo franco y constructivo», en el que se abordaron los puntos más sensibles de la agenda bilateral.
El Eje de la Discrepancia
El presidente Petro ratificó el compromiso del Gobierno con la ampliación del programa de sustitución de cultivos ilícitos, destacando su relevancia para el «desarrollo rural y la paz en Colombia».
El mandatario hizo un fuerte énfasis en la necesidad de que Estados Unidos considere «cifras reales» sobre la producción de hoja de coca en el país. Petro recordó que la medición previa, reconocida por Naciones Unidas, presentó «errores que no fueron corregidos» al totalizar la producción en todos los segmentos, lo que generó la percepción de un incremento descontrolado en los cultivos.
En contraste, el Gobierno Nacional presentó sus datos oficiales, que sugieren una disminución sostenida en el crecimiento de los cultivos ilícitos:
- 2021: {43}\%
- 2022: {13}\%
- 2023: {9,8}\%
- 2024: {3}\%
En materia de incautaciones de cocaína, el Gobierno reportó resultados históricos con crecimientos significativos: {32}\% en 2021, una disminución de {11) en 2022, y aumentos del {13}\%y {19}\% en 2023 y 2024, respectivamente.
Ambos países coincidieron en la importancia de «fortalecer la coordinación en la lucha antidrogas», con miras a diseñar estrategias más efectivas y basadas en datos confiables.
Escalada de Tensión
A pesar del intento de desescalamiento, la relación bilateral se ha visto tensada por recientes declaraciones y movimientos del gobierno estadounidense. El presidente Donald Trump ha calificado públicamente al mandatario colombiano de «líder del narcotráfico» y ha anunciado la posible imposición de nuevos aranceles a las exportaciones colombianas, además de amenazar con el retiro de ayuda financiera a la lucha antidrogas, afectando la operatividad de las Fuerzas Armadas.
Ante la amenaza arancelaria, el Encargado de Negocios de EE. UU. aclaró que la decisión de imponer aranceles es una potestad que «compete exclusivamente al presidente de ese país». Petro, por su parte, ha respondido de forma desafiante, asegurando que «no voy a conceder, voy a exigir» y argumentando que la existencia del Tratado de Libre Comercio (TLC) impide la legalidad de tales restricciones arancelarias.
La crisis se agudizó también por incidentes en el Caribe, donde Colombia denunció un ataque militar estadounidense contra una embarcación, lo que llevó al Gobierno a llamar a consultas a su embajador en Washington.
Ambas naciones han acordado mantener nuevos encuentros con el objetivo de avanzar hacia «soluciones concretas y constructivas»